CON CIRO WATANABE EN LA VEGA
Ciro Watanabe, chef peruano, lleva cinco años en Chile. Hoy nos acompaña a La Vega Central, ahí donde consigue todo para cocinar como en Perú.
Ciro Watanabe, chef peruano, lleva cinco años en Chile. Hoy nos acompaña a La Vega Central, ahí donde consigue todo para cocinar como en Perú.
Escribe Paola Miglio
Ciro Watanabe, chef peruano, lleva cinco años en Chile, en el restaurante Osaka de Santiago. Hoy nos acompaña a La Vega Central, ahí donde consigue todo lo que necesita para recrear esa cocina que fusiona los nikkei con en sabor de hogar, del Perú.
Son las siete de la mañana y aún no despiertan los rayos del sol en Santiago. Así que queremos café y para conseguirlo, esta vez partimos hacia La Vega Central, uno de los mercados más grandes de Santiago de Chile, ubicado en la zona de Recoleta y que data de 1895. Acá llega todo de todos lados y es donde Ciro Watanabe consigue los insumos necesarios para alimentar las cartas diarias del Osaka. La primera parada no es un casero, sino un típico desayuno chileno en La Marita, chingana ubicada a la izquierda de la entrada principal. Pequeña, limpia y acogedora, la misma Marita atiende y ofrece los sanguchones. Uno de pernil, otro de lengua en sopaipilla (especie de pan plano hecho con zapallo) y una sopaipilla solo con palta, cremosa y bastante suave. Ya estamos listos para el recorrido.
Los caseros de toda la vida
Los puestos de verduras y frutas se acomodan ordenados, impecables. Los productos se ven brillantes y atractivos. Da ganas de picotear y probarlo todo. La temporada manda y los precios lo revelan. Las carnes y los mariscos frescos son para contemplar: picorocos, locos, piures, langostinos…así, poco a poco, divisamos puestos peruanos que se intercalan con los locales. Ciro nos lleva donde su casero, Javier Quiroz, cuyo puesto se llama Peruvian Goods. Hoy atiende Joselito, quien muestra cuáles son las gracias que lo convierten en uno de los establecimientos más populares entre peruanos y chilenos. Hay de todo. Desde choclo tierno, pasando por ajíes, granadillas y hasta plátanos bellacos.
En envasados no hay quién le gane. Joselito cuenta que llega gente de todos lados a comprar y que si hay algo que no tienen, se manda pedir. En los alrededores hay más peruanos ofreciendo sus productos: se notan cerros de ají amarillo, limón sutil, papas y puestos de emolienteros que agitan la bebida hirviendo. La Vega está plagada de nuestro sabor: los peruanos ya no extrañan tanto y los chilenos han sabido cómo hacer uso adecuado de cada ingrediente, incorporándolo poco a poco en su dieta. Así, todos felices.
Pasteles Normita
Norma Mallma es peruana, tiene 29 años y tres hijos. Llegó hace ocho años a vivir a Santiago. Como había estudiado cocina y pastelería en la Universidad San Ignacio en Lima, decidió comenzar a preparar queques, tortas y empanadas de ají de gallina para vender en el edificio donde vivía. La demanda era fuerte y entonces se mudó a La Vega.
En su pequeño carrito se paseaba por los pasillos del mercado ofreciendo cuatro postres y las empanadas. Se hizo conocida, y un amigo chileno le ofreció su puesto para que pudiese acomodarse “en un ladito” y vender más. La gente le empezó a reclamar: querían un lugar al paso donde poder comer a gusto un pastel con su café. Normita invirtió sus ahorros y se hizo de dos puestos en los que hoy trabajan tres asistentas y que actualmente venden entre 30 y 40 tortas diarias. Además de los pedidos que le hacen por su página web (www.pastelesnormita.cl). “Dicen que quien la lucha la consigue y aquí estoy. Ya me ha visitado Gastón Acurio y hasta el embajador de Perú en Chile”, cuenta Normita, mientras su compatriota Ciro Watanabe la mira orgulloso. Su suspiro a la limeña y la torta de chocolate húmeda preparada con fudge casero “a la peruana”, rayan en la zona. Pero Norma quiere más: “algún día, dice, pondré mi cafetería”. Le creemos y esperamos que nos avise cuando la monte. Mientras tanto damos un último vistazo a La Vega, es un gran mercado, claro, pero parece que además es uno de aquellos en donde se cumplen los sueños.
El destilado caña de Destilería Andina se renueva, no solo en imágen gráfica sino también en productos.
Leer másSi es dulcera o le gustan las bebidas novedosas, incluso si la idea es reunir a la familia y comprar comida lista, aquí va una guía para darle un detalle sabroso en su día.
Leer másLa cocina criolla tiene un nuevo lugar en Surco, José del Castillo expande Isolina a El Polo, con la misma carta de siempre y espacio para muchos más.
Leer más