ALZO, COMIDA CONFORTABLE
El restaurante Alzo anuncia cambios en el menú para la celebración de su primer aniversario. La mejor etiqueta que le va es “comida confortable”. Acá nuestra reseña.
El restaurante Alzo anuncia cambios en el menú para la celebración de su primer aniversario. La mejor etiqueta que le va es “comida confortable”. Acá nuestra reseña.
Escribe Vanessa Rolfini (Twitter @rutasgolosas)
El restaurante Alzo anuncia cambios en el menú para la celebración de su primer aniversario. Resulta un lugar difícil de encasillar en un tipo de gastronomía porque sirve platillos peruanos, italianos y la fusión de ambos, pero también le hace guiños a distintas cocinas latinoamericanas y otros países bañados por el Mediterráneo. La mejor etiqueta que le va es “comida confortable”.
Alzo es uno de esos lugares donde en el menú tiene un poco de todo: divido en varias cartas, hay una cantidad importante de platos distribuidos en varios turnos. Es entonces relativamente fácil satisfacer los gustos de un grupo con preferencias diversas. A esto se suman los precios “sensatos” (no dejarán allí el presupuesto de un mes), un servicio correcto y ambiente iluminado con cuidado en los detalles, tanto de la decoración como de los platos. Un aspecto interesante es la carta de vinos, con una selección bien pensada.
Al frente de los fogones está el chef Renzo Miñán, un limeño de 30 años que vivió muchos años en Chiclayo y tuvo como mejor escuela la cadena de hoteles Hilton. Tal vez de ahí la ambición de abarcar tantos espacios culinarios, que como la vieja guardia de cocineros, intenta incluir en el menú desde el pan hasta el postre.
LAS NOVEDADES
El chef Miñán asegura que son pocos los platillos que han eliminado del menú, al que han incorporado un canelón de palta relleno de langostinos tibios, aderezados con una alioli ahumada y tomates confitados, acompañado de galletas de hongos deshidratados; un platillo inesperadamente sofisticado en un menú de comida sabrosa pero no refinada.
El menú nuevo extiende el número de pizzas, donde se destaca la “andina” con tomate confitado, quinua, setas cusqueñas, trucha ahumada, sal de Maras y huacatay; una propuesta osada que se sirve de una receta tan conocida para insertar sabores regionales. Resulta interesante, aunque llega un momento en que el huacatay lo impregna todo.
Una recomendación son los ravioli rellenos de cola de buey y salvia, que corona con queso pecorino: la masa de la pasta es delgada y suave; y la sazón de la carne, ligeramente dulzona con un toque picoso. Le va magníficamente una buena copa de vino tinto recio en taninos.
Al momento del postre, la carta exhibe opciones realmente buenas, como la torta de chocolate con almíbar de pisco y manjar de lúcuma y los helados hechos en casa, que resultan cremosos y muy gustosos. En líneas generales, Alzo ha logrado en un año mantener la calidad, hacer ajustes y lograr comensales frecuentes, en una fórmula de restaurantes que funciona porque ofrece una relación precio-calidad bastante buena.
LOS DATOS
Manuel Villarán 759, Surquillo / Teléfono: 383-8569 / Precio promedio (sin alcohol): S/ 50 / Se aceptan tarjetas.
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