ROCÍO Y SUS MILANESAS ESTRELLAS
Rocío queda en San Bartolo y es seguro que quien haya pasado por ahí, escuchó hablar del local. Un canchón grande y huariquero que sirve inmensas milanesas de nunca acabar.
Rocío queda en San Bartolo y es seguro que quien haya pasado por ahí, escuchó hablar del local. Un canchón grande y huariquero que sirve inmensas milanesas de nunca acabar.
Rocío queda en San Bartolo y es seguro que quien haya pasado por ahí, escuchó hablar del local. Un canchón grande y huariquero que sirve inmensas milanesas de nunca acabar.
Sí, en Rocío hay una carta larga que abarca casi todo el rubro de pescados y mariscos. Su cebiche y leche de tigre son decentes, sus choritos a la chalaca buenos y sus chicharrones crocantes. Pero lo que más nos gusta comer cuando vamos por el barrio son sus milanesas. Las hay de pescado, de pollo y hasta buenas supremas. Son jugosas, grandes, se salen del plato y vienen acompañadas de una ensalada ligara con aliño, arroz blanco y papas fritas (si tienen suerte, hay hasta puré de papa). La mayonesa, el ketchup y el ají son infaltables y en cuenco grande. Es decir, es un buen almuerzo que promete siesta. Ah, en pescados hay tres opciones: de lenguado, corvina y perico. Nosotros, esta vez pedimos el perico para aprovechar que está de temporada y quedó bastante sabroso.
Si no quieren quedarse a comer ahí, se lo ponen para llevar (hasta pueden hacer pedidos e irlos a buscar). Queda en Villa Mercedes Mz. A Lt.5, en San Bartolo límite con Santa María del Mar / T. 430-8184 / Atienden todo el año desde el medio día / Precio de las milanesas (dependiendo del tipo) desde S/. 22. También hay medias porciones en la milanesa de pollo / Se aceptan tarjetas / www.restaurant-rocio.com
Visitamos su renovado taller en Barranco para conocer más de su carta actualizada y la inspiración detrás de su emprendimiento.
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