LA MAGIA HELADA DEL BOSQUE
Valentina Curti ha montado una heladería artesanal con las chicas de la casa hogar La Era, en Chaclacayo. Una hermosa iniciativa conjunta con sabor a fruta.
Valentina Curti ha montado una heladería artesanal con las chicas de la casa hogar La Era, en Chaclacayo. Una hermosa iniciativa conjunta con sabor a fruta.
Escribe Melina Bertocchi (@melbertocchi)
Valentina Curti es de origen italiano y conoce muy bien el mundo del helado. Desde que llegó a Lima con su esposo, su vida dio un giro: pasó de trabajar en una gran empresa a formar la suya, donde la conciencia social es una pieza fundamental. Así, ha montado una heladería artesanal con las chicas de la casa hogar La Era, en Chaclacayo.
Conocí a Valentina el año pasado cuando organizaba una cena benéfica pro fondos para la rehabilitación de una casa hogar en La Era, Ñaña (Chaclacayo). La casa es del proyecto Mato Grosso, del padre italiano Ugo de Censi, que acoge niños huérfanos de la zona. Valentina apoyaba como voluntaria en un momento en que se replanteaba aspectos de su vida. Juntó su experiencia empresarial de creación de marcas, su contacto con los niños y las mujeres del hogar, sumó el conocimiento adquirido en la heladería de su familia, Valentino (cerca del lago de Como, Italia), y creó la heladería Bosco Mágico.
A principios de año recibió la maquinaria necesaria que llegó desde Italia. La instaló dentro de la casa hogar en Ñaña, donde inició la operación junto a varias chicas de la casa hogar que la apoyaron y ahora trabajan como parte del equipo. Valentina las entrena en el arte del helado y pasan por las diferentes etapas del proceso. Desde la compra de la fruta en el mercado más cercano (no usan nada procesado), la leche orgánica (viene de la chacra de Huampaní), el cacao en polvo de Piura, el dulce del azúcar rubia o la panela y el agua, que es mineral. Al no incluir preservantes en la receta, el sabor natural se mantiene y los helados pueden durar máximo un mes en el frío.
Concentran la producción en tres días y las ventas se hacen el fin de semana, que es cuando la demanda es mayor. La presentación es genial, pues Valentina diseñó carritos heladeros. Bonitos, prácticos y divertidos. Funcionan con una batería que mantiene el frío. Por ahora tiene dos que se reparten entre la zona de Chaclacayo, donde una de las chicas de la casa hogar está a cargo y maneja la venta como negocio propio. Y el patio central de la feria Casacor en Barranco, donde estará hasta la primera semana de noviembre. Luego se mudará al MAC (Museo de Arte Contemporáneo) de Barranco, donde compartirá el espacio con la Bodega Verde.
Valentina ha desarrollado algunos sabores originales como el de papacuya (papaya con maracuyá) y el de palta fuerte que es bastante pedido. Luego tienen clásicos como chocolate, fresa, lima y chirimoya. Son delicados y frescos, hacen honor a su estilo italiano y a lo natural de sus ingredientes. Una rica iniciativa que garantiza felicidad de ida y vuelta. Las tulipas crocantes (cestas) cuestan S/. 5 con una bola, S/. 8 con dos y S/. 20 el litro. Realizan delivery en envases de vidrio para cuidar el ambiente, que luego sirven para decorar o reciclar. También ofrecen ir con el carrito a eventos de mínimo 50 personas. Para más información o pedidos escriban a boscomagicohelados@gmail.com o llamen al 940-125-740.
Visitamos su renovado taller en Barranco para conocer más de su carta actualizada y la inspiración detrás de su emprendimiento.
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