NOTA DE CATA: INTIPALKA CHARDONNAY
Cata entendible sobre el Intipalka Chardonnay: vino blanco, peruano, joven y ligero, que aumenta nuestras ilusiones sobre la producción nacional.
Cata entendible sobre el Intipalka Chardonnay: vino blanco, peruano, joven y ligero, que aumenta nuestras ilusiones sobre la producción nacional.
Escribe Melina Bertocchi
Intipalka quiere decir “Valle del Sol” en quechua. Con ella se honra al dios que nunca falta en la cálida Ica, nunca falta. Desde hace varios años, este también es el nombre de una joven línea de vinos que la familia Queirolo produce en el valle de Ica, donde posee más de 400 hectáreas de vides.
Por alguna razón, aún poco estudiada, los vinos blancos en el Perú y en la súper cálida Ica, a 300 kilómetros de la capital y a 500 msnm, dan resultados muy positivos. Pero hasta hace muy poco, casi todos los vinos blancos peruanos eran blends; es decir, mezclas de dos o más variedades como el Sauvignon Blanc, Chardonnay, Viognier o Chenin Blanc.
Para romper un poco con este paradigma, a principios del 2000, la familia Queirolo comenzó a sembrar cientos de hectáreas de distintas variedades, como Sauvignon Blanc, Chardonnay, Malbec, Cabernet Sauvignon, Tannat y Petit Verdot. Así, en 2009 lanzó una línea de vinos varietales que expresaran la personalidad de cada una de estas cepas. El principio de los varietales jóvenes es que sean vinos frescos, fáciles de tomar, sin paso por barrica. Que al probarlos, uno descubra las características de la uva. Los blancos de esta familia son el Sauvignon Blanc y el Chardonnay. En esta oportunidad vamos a hablar del último, el Intipalka Chardonnay Cosecha 2013.
Este es un vino que se disfruta más si se sirve bastante fresco (a 11-12°C). Es de color amarillo, bastante brillante en la copa. Si lo llevan a la nariz, cierren los ojos y traten de descubrir qué frutas se muestran. Seguramente serán tropicales.: durazno, piña y algo más cítrico. Esto clave para tener idea del sabor en boca. Al probarlo sentirán las frutas que percibieron, frescas, jugosas, que limpian el paladar y, al mismo tiempo, lo preparan para la comida. Este vino tiene cierto peso en la boca y los pueden acompañar con alguna entrada fresca, como carpaccios, ensalada de camarones o platos de pescado blanco. Me gusta por su simpleza. No pasa por barrica, por eso lo prefiero antes que varios Chardonnay del sur, que cansan luego de la primera copa porque se imponen los sabores de vainilla, caramelo y dejan la frescura a un lado. Lo consiguen ensupermercados y tiendas especializadas a S/. 35.
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