EL OJO DEL COMENSAL: MARCHELLA, EL CORAZÓN DE TORTUGAS
Prepara panes (que ella misma reparte en una carreta) y las pizzas hechas sin gluten que están en su carta, acompañadas por distintos tipos de pasta.
Prepara panes (que ella misma reparte en una carreta) y las pizzas hechas sin gluten que están en su carta, acompañadas por distintos tipos de pasta.
Escribe Carlos Carlín (IG @carloscarlinfof)
El clima privilegiado de Tortugas, balneario ancashino ubicado en el kilómetro 395 de la Panamericana Norte, escogió a Marchella Moscol para curarle el asma. Nacida en Piura de madre casmeña, Marchella ha vivido desde muy joven en el extranjero y cada verano regresa a su Tortugas querida a ofrecer deliciosas pastas y pizzas y a respirar profundo. Mejor.
Marchella Moscol se fue a vivir a Canadá y después, según me cuenta, a Francia y Suiza, donde estudió joyería. Pero su pasión siempre fue la cocina, entonces se preparó y llegó a trabajar haciendo catering en ciudades como Ibiza, Moscú y Mikonos; hasta que hace cerca de 12 años se reencontró con Tortugas. «Me curó, ya no me dolía nada», asegura con la felicidad de una mujer divertida que ha hecho del local que lleva su nombre el punto preferido de residentes y visitantes del balneario. Compró la casa que antiguamente fuera la primera y única panadería de Tortugas y, aprovechando el horno a leña, prepara panes (que ella misma reparte en una carreta) y las pizzas hechas sin gluten que están en su carta, acompañadas por distintos tipos de pasta.
Pero Marchella va más allá de administrar una pizzería concurrida, es un personaje que agradece la vida que le dio Tortugas regalando creatividad. Su local es decorado cada año con una temática distinta y le brillan los ojos cuando habla del «Festival del Amor» que organiza todos los 14 de febrero, llenando su fachada con pétalos de rosas y vistiendo de rojo el árbol que adorna su ingreso. Hace rifas y los premios son chocolates artesanales que trae de Bélgica, país donde vive hace muchos años.
Marchella es feliz dejando que los jóvenes entren a su horno y jueguen a preparar sus propias pizzas y también ofrece alojamiento a los turistas. Está temporada ha inaugurado los desayunos y almuerzos marinos. Todos los años regresa a Europa cuando termina Semana Santa, pero desde ahorita, ya está rondando en su cabeza como será la decoración del próximo año. Marchella vive en Amberes, Bélgica, pero revive en Tortugas y no puedes irte sin antes conocerla. Su risa y sus pizzas te van a curar.
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