LA VERTIGINOSA Y SABROSA HISTORIA DE LOS PANCITOS DEL SUR
Panecillos rellenos, gorditos, con manjar, aceitunas o cebollas caramelizadas. Un emprendimiento que nació en pandemia y hoy ya está en los súper.
Panecillos rellenos, gorditos, con manjar, aceitunas o cebollas caramelizadas. Un emprendimiento que nació en pandemia y hoy ya está en los súper.
Escribe Vanessa Rolfini A. (@rutasgolosas)
Reza un dicho Zen que lo que lo que hoy es una calamidad puede ser la llave de entrada a una verdadera bendición. Eso resume la historia, del ahora panadero, Luis Raygada con sus Pancitos del Sur, emprendimiento que en menos de un año ha traído los tradicionales panes a la leña a casa, quedando a merced de nuestro antojo.
Dos factores llevaron a Luis Raygada a migrar de las finanzas al oficio de panadero: la necesidad nacida del desempleo surgido a raíz de la pandemia y el recuerdo de una práctica familiar, cuando su abuela Julia congelaba los panes, al punto, de tener la refrigeradora llena. Pero en la memoria de Luis quedaron impresos el aroma y la textura de ese pan que parecía recién horneado.
Luis Raygada es un economista y coach motivacional que vio una oportunidad de negocio. Pancitos del Sur aún no ha soplado su primera vela cumpleañera, pero ha resultado precoz, porque lo que comenzó como un negocio de distribución, rápidamente saltó a la elaboración casera a pequeña escala, que creció a pasos agigantados, tanto que ya se encuentra en cadenas de supermercados. Actualmente ofrece 10 tipos de panes rellenos que van desde los más convencionales, como queso, jamón, cabanossi, manzana y canela, hasta cebolla caramelizada, hongos con queso, aceitunas negras y verdes y majar. Lo curioso de esta historia que es Raygada jamás había horneado un pan antes de meterse en este negocio, no tenía idea de cómo se hacía una masa, ni las complicaciones de la producción y el transporte. Lo único que tenía claro eran cuatro cosas: un negocio que le permitiera una entrada de dinero para pagar sus cuentas, su capacidad de organizar financieramente cualquier emprendimiento, generar acciones que afectaran de forma positiva la vida de otros y que los panes contarán con inocuidad y calidad.
En junio de 2020, en plena pandemia, convenció a sus padres con quienes vivía para empezar en la cocina de la casa, además, gestionó un permiso de movilidad y con la idea de los panes en la cabeza se fue hacia el sur, con el objetivo de hacer una alianza con alguno de los panaderos de la zona de Chilca. Para su sorpresa se tropezó con cerca de 50 hornos, y cuando llegó a un acuerdo con uno de ellos, se ocupó de organizar la logística.
¿Y SI HACEMOS NOSOTROS EL PAN?
Al poco tiempo de empezado el negocio, el hijo de Raygada lo animó a hacer el pan desde cero. Entonces, lo primero que hizo fue buscar la receta en Google, pero al darse cuenta que no era suficiente, contrató clases de cocina con un maestro panadero de Le Cordon Bleu. “Así aprendí la técnica, me tomó dos meses de trabajo intensivo hasta que lo logré”. Luego decidió comprar un horno y resolvió el tema del sabor que da la leña, utilizando cristales de sal ahumados. Ya la decisión estaba tomada, se había endeudado lo suficiente para cambiar de opinión.
En el transcurso de ese tiempo desarrolló tareas paralelas, desde registrar Pancitos del Sur, afinar los mecanismos logísticos, especialmente, el empacado inocuo contando en un principio con la ayuda de sus padres. Pruebas y comentarios entre conocidos iban y venían, y así poco a poco de boca a boca fue creciendo el negocio.
Raygada narra que cada relleno tiene una historia detrás, porque no se conformó con quesos de baja calidad, sino que logró establecer alianzas con artesanos, por ejemplo, los quesos provienen de Puno, las aceitunas de Mala y además todo tiene registro sanitario. Por otra parte, la idea de rellenos menos convencionales fue la mezcla de comentarios e ideas de conocidos y que los domingos cuando está solo en casa, enciende el horno, experimenta con copa de vino en mano y música de esa que llama “tonera”, es decir, un sabroso merengue o salsa.
CURVA DE CRECIMIENTO
Como literalmente tomó la casa de sus padres, próximamente se mudará a un espacio más grande, donde el negocio seguirá creciendo. El proyecto de Pancitos del Sur es estar presente en la sección de congelados de los supermercados, además de ampliar el radio de llegada de los aplicativos por lo que también se pueden solicitar. Actualmente se pueden encargar los en su página web https://linktr.ee/pancitosdelsur o de la bio en el Instagram @pancitosdelsur, donde se llena una ficha con los datos del comprador y su pedido. Los packs son de seis o 10 unidades por tipo de relleno, llegan congelados y separados por sabor, en bolsas biodegradables herméticamente selladas y solo requieren un paso de 10 minutos por el horno para que toda la casa se inunde a aroma de pan recién horneado.
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