CENTRO EMPRESARIAL PROPONE RUTA SABROSA
El Centro Empresarial de San Isidro ha puesto en marcha una propuesta gastronómica interesante que apunta a crecer con el tiempo. Hoy un breve recorrido.
El Centro Empresarial de San Isidro ha puesto en marcha una propuesta gastronómica interesante que apunta a crecer con el tiempo. Hoy un breve recorrido.
El Centro Empresarial de San Isidro ha puesto en marcha una propuesta gastronómica interesante que apunta a crecer con el tiempo. La semana pasada estuvimos de visita por tres restaurantes cuya sólida carta invita a descubrir nuevos sabores.
Nuestra primera parada es Sushi Cage, ubicado en el Swiss Hotel y comandado por el itamae Norio Takeda, jefe de cocina del primer Matsuei (a donde llegó en 1999) y reconocido por su buena mano para la cocina japonesa. Su carta es sencilla y potente. Los sabores son claros y el producto fresco. Esta vez comenzamos con un tiradito de la casa en una suave salsa agridulce que no opacó en ningún momento los sabores del pulpo y el atún. Seguimos con un rol acebichado. Dicen que Takeda fue su inventor y uno de los primeros que lo propuso en una carta. Es sutil y la salsa no es aquella clásica mayonesa densa que le ponen encima en varios lugares. Los hilos de camote crocante animan la textura del bocado. Para cerrar, un pescado salteado, cocido a la perfección, con una salsa delicada y verduras salpicadas. La sencillez y la técnica predominan y eso nos engancha.
Seguimos con Osso, espacio que se ha convertido en poco tiempo en templo de la buena carne por utilizar animales bien criados y beneficiados, además de técnicas de maduración y de preparación artesanal. El lugar es de Renzo Garibaldi y el jefe de cocina es Nattan Barco. Un breve recorrido por la zona de la tienda, donde todo se puede comprar para llevar (hay bondiolas, chorizos, carnes maduradas, accesorios para la parrilla y más); y después al restaurante, mucho más amplio que el de La Molina, con vista a la cocina y un bar bastante bien surtido que invita a la conversa larga y divertida. Arrancamos con el flanken, delicioso asado de tira marinado en soya y azúcar rubia. La carne se muerde con facilidad y es bastante jugosa. Si la piden, vayan con tranquilidad que es posible que sin sentirlo, se acaben toda la fuente y ya no quede lugar en la panza para más. Luego la hamburguesa y los chorizos. La primera es una de las mejores que hemos comido en Lima: hecha con carne 100% de res. Se usa cortes del hombro y la grasa del animal, y se presenta con salsa animal, tocino, queso cheddar, tomate y lechuga. El pan es un brioche artesanal hecho en casa que contiene adecuadamente los jugos de la carne sin desarmarse. Los mordiscos son parejos y viene con papas fritas rústicas. Los chorizos siempre están en su punto, animados con rocoto y miel de maple, se plantean cocidos en el punto adecuado: no demasiado secos mi muy jugosos. El Osso Prime es la última pieza que llega a la mesa, grosera y nada discreta. Es un bife ancho angus de aproximadamente 1.200 kg, cocinado al vacío por cerca de cinco horas (con ajos confitados, cebolla en polvo, sal y pimienta) y luego llevado a la parrilla. Por favor, no lo pidan bien cocido, no vale la pena invertir tanto en si no lo van a poder apreciar. El toque final es el indulgente Osso Mess, una pavlova desmondongada servida en un mason jar que incluye merengue melcochudo, crema chantillí, helado de vainilla, fresas y caramelo de tocino. Brutal.
Última parada: el encantador Felix Brasserie, el más reciente proyecto de Rafael Osterling, con una terraza que logra desconectar del bullicio de la ciudad. Es una pequeña isla de sabor y placeres, regentada por el joven chef Ricardo Martins. Acá los ingredientes son los protagonistas y se explora una cocina muy personal con tendencia mediterránea e insumos peruanos. El bar es una delicia, así como su salón principal, plagado de pequeños detalles que invitan al descubrir constante. Probamos un plato de mariscos con frejoles de árbol, sencillo, audaz y de sabores bien plantados. La cocción de los frutos de mar impecable, así como la del pescado que llegó luego acompañado de lentejas. Lograr elegancia y sencillez en un plato es lo más complicado y acá la tarea está muy bien cumplida.
Termina nuestra pequeña gira, como les contamos se vienen nuevos proyectos para seguir ampliando la plaza, pero se pueden comenzar a descubrir los que ya están. Un dato extra, en el Gourmet Deli del Swiss Hotel (a donde ya habíamos recaído con anterioridad), tienen la más rica torta Sacher (quizá la única) de la ciudad.
LOS DATOS
Les contamos cómo armar una tabla de quesos y fiambres que anime las reuniones pequeñas y más grandes.
Leer másSea en el local o en la casa, una pizza siempre cae bien, hablamos con el chef Jaime Pesaque para que no se una guía de cómo hacer que salgan impecables de nuestros hornos caseros.
Leer másAntonio Bachour, chef puertoriqueño que hoy se divide entre sus restaurantes de Miami y Mérida, nos recomienda sus lugares para comer en Miami.
Leer más