EL CORAZÓN DE BRANDON Y SU SAZÓN ANTICUCHERA
Cuando hay talento, el resto llega solo. Así sucedió con Brandon Altamirano, ganador del concurso Anticucho con Corazón y hoy dueño de su propia barra anticuchera.
Cuando hay talento, el resto llega solo. Así sucedió con Brandon Altamirano, ganador del concurso Anticucho con Corazón y hoy dueño de su propia barra anticuchera.
Escribe Claudia Breña (Twitter e Instagram @lalabr27)
Cuando hay talento, el resto llega solo. Así sucedió con Brandon Altamirano, ganador del concurso Anticucho con Corazón y hoy dueño de su propia barra anticuchera. Conversamos con él y nos contó su historia.
Los anticuchos que prepara Brandon Altamirano son sabrosos, jugosos y bien despachados. Con tan solo 22 años, hoy hace de las suyas con pasión y diversión en una parrilla que lo acoge en el corazón de Surquillo. Y es que cuando un sueño nace de lo más profundo, a veces la vida confabula para que se haga realidad.
¿Cómo empezó todo? Comencé estudiando contabilidad e inglés. Mientras lo hacía, conocí a una amiga que me ofreció trabajo en Mistura y como siempre quise ser cocinero, acepté. Mis papás no querían, ellos me querían como contador; creían que ser cocinero no estaba bien visto.
¿Qué sacaste de Mistura? Bueno ahí aprendí mucho, empecé con Grimanesa Vargas, estuve como parrillero y luego ella me llamó para trabajar. Eso pasó cuando tenía 19 años.
¿El talento viene de familia? Bueno no sé, de todos mis hermanos yo soy el único que cocina, soy el tercero, somos cuatro. A mí siempre me ha gustado la cocina, comer y cocinar.
¿Crees que fue tu oportunidad? Claro, creo que fue mi oportunidad. No quería pero aprendí a freír y a condimentar, que es lo más importante. Igual cada uno tiene su propio sabor, “su secreto”, como le decimos.
¿Qué experiencia te llevas de ahí? Si no entraba a Mistura no hubiera tenido la oportunidad de ser un cocinero, o quizá tener lo que tengo ahora, hubiera sido un contador o algo así.
¿Te arrepientes de dejar la carrera? No, para nada.
¿Qué pasó después de Mistura? Entré a trabajar como mozo con Grimanesa, porque hablo inglés atendía a los turistas. Estuve como dos años, la quiero como si fuera mi abuelita. Es que ella es una persona súper humilde y bien trabajadora. Cuando le comenté que pensaba hacer lo mío, me dijo: “nunca te rindas, si hoy no vendes y mañana llegan dos clientes nuevos, y esas personas te van a traer más”. Así, trabajaba con ella de lunes a sábado y los domingos sacaba mi parrilla a la puerta de mi casa a vender, en Villa María del Triunfo. Primero llegaron mis amigos, mi familia, mis tíos y así.
¿No estudiaste nada, todo es empírico? Aprendí con la práctica y cocino de todo, no solo anticuchos. Si bien es cierto la producción de los anticuchos es un proceso largo, me gusta porque se hace de noche, paso un buen rato y me divierto. Me gusta la rapidez, el tema de la candela. Es una tradición que la gente vaya a comer sus anticuchos con amigos en las noches y así.
¿Hubo algún momento en el que desististe? Sí, no me iba bien así que me cansé y me metí a trabajar a un casino como mozo. Pero no era lo mío pues y me salí. Al principio en Villa María no me fue bien, es un lugar muy callado, no había mucha gente, la verdad es bastante desolado por Pista Nueva, pero luego mejoró.
¿Cómo te enteraste del concurso? Un cliente me dijo oye entra, deberías ingresar tu sazón es buena. Entonces busqué y decía que el ganador será implementado con una cocina de US$ 30 mil y me decidí.
¿Creías que tenías lo suficiente como para ganar? Claro, la gente me decía que eran ricos mis anticuchos. Cuando fueron los del concurso y salí en la tele la gente llegaba mucho más, ahí yo tenía una parrilla pequeña así que tuve que mudar a mi hermana y en su sala amplié la cosa. Mi hermana sigue ahí ahora, en el hueco de Villa.
¿Cómo fue el tiempo del concurso? Fueron 300 personas las que mandaron la solicitud, luego ellos iban a visitarte al local y elegían a los ocho mejores. Una noche me llamaron y me dijeron: “Hola, somos del canal, mañana te estamos visitando”. Y volé a ciudad, compré corazones, los preparé y al día siguiente los esperé. La competencia fue dura, larga. El primer día fui con mi camisa, mis zapatos así y nos hicieron freír. Todos eran bravos, habían estado en el extranjero, hacían no sé cuántas porciones.
¿Qué dicen tus papás ahora? Ahora su hijito es el orgullo para ellos (risas). Están contentos, pero el más contento soy yo porque hago lo que me gusta de verdad.
¿Cómo estaría Brandon ahorita si no hubieras participado en el concurso? Luchando en Villa María, con mi novia y los que me ayudaron. Igual ya me estaba ganando un lugar poco a poco, pero hubiera sido mucho más difícil. Creo que gracias a mi perseverancia he podido llegar a esto, me veía como emprendedor y quería hacer algo que me apasione, que me guste y es lo que hago.
LOS DATOS
Anticuchos Brandon. Jr. San Pedro 308, Surquillo / Horario: lunes a domingo de 18:00 a 23:00 horas / Hay wifi / Se aceptan tarjetas.
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