COMIDA CONSCIENTE: ACÁ NO SE BOTA NADA

Escribe Paola Miglio (Twitter @paolamiglio)

Lía Celi es la responsable por el manejo del Banco de Alimentos, una organización sin fines de lucro que funciona como intermediario entre las empresas que cultivan, producen y distribuyen alimentos y los receptores finales. Es decir, ellos salvan alimentos de toda la cadena de producción y los entregan a quienes más lo necesita. El sábado 11 de junio, como parte de sus actividades, comienza la campaña Comida Consciente, con una gran comilona gratuita para mil personas en el Parque Cáceres de Miraflores. Porque no se debe desperdiciar nada y ya empezamos a tener responsabilidad sobre el asunto. Veamos.

¿Qué cosa comemos? ¿De dónde viene lo que comemos? ¿Cuánto desperdiciamos? La campaña Comida Consciente. Piensa. Aliméntate. Ahorra, nace con la intención de generar conciencia en la población sobre el consumo responsable de alimentos y el destino de los residuos. De evitar el despilfarro. Así, Cambia.pe, B-Green y Banco de Alimentos se unen, teniendo en cuenta que 2.3 millones de peruanos padecen de inseguridad alimentaria, y además se utiliza agua en ganadería y cultivos, y tierra y capital humano en alimentos que no serán consumidos

EL BANCO: CON LAS MANOS EN LA MESA

Foto Banco de Alimentos Difusión.

Vamos por partes. Para entender bien cómo funciona el Banco de Alimentos conversamos con Lía Celi, directora de la asociación, quien nos resolvió las preguntas más básicas que nos permitieran conocer el proyecto a profundidad. El Banco nace mediante tres programa: rescate en campo (todo lo que tiene que ver con calidad de exportación: cuando la uva está un poco ácida o la manzana no salió con la forma correcta y se descartan), el programa industrial (productos terminados con las empresas privadas como Alicorp, Backus, entre otras) y el programa con supermercados que comenzó con Plaza Vea y Vivanda en noviembre del año pasado y que a la fecha ha permitido que se rescaten más de 56,000 raciones de alimentos, cerca de tres toneladas salvadas con 18 recojos diarios en 18 supermercados distintos. La idea es recatar todos los productos que no son aptos para la venta pero son totalmente aptos para el consumo y de 70 a 75% son frutas y verduras.

En supermercados, ¿cómo funciona? Porque la gente puede entender que en el campo una cebolla no se vende porque está chancada, pero sabe igual…

En el supermercado es más por temas estéticos y de frescura. Por ejemplo, los limones tienen que estar verdecitos, si hay amarillos, los sacan y sin embargo, en tu refrigeradora puedes tenerlos amarillos y los sigues usando. También las mitades de melón, piña, sandía, todo eso se bota si no no se vendió en el día, o una fruta o verdura que se chancó. El otro día recibí una jaba completa de kiwi y en la organización me decían que las niñas a dónde iba destinada nunca lo habían comido. Son productos que normalmente no compran porque son productos caros y de exportación, pero que se descartan cuando no cumplen con los estándares del cliente, pero que si los tuviese en casa sí los comería.

Tomando como referencia el año pasado, ¿cuánto han crecido y cuánto han recuperado?

El año pasado cerramos con 46 organizaciones ahora trabajamos con 57, en 2016 ya vamos acumulando 190 toneladas de alimentos que fueron distribuidos a distintas zonas del país.

¿A qué se equipara 190 toneladas de alimentos?

Medio Estadio Nacional de Fútbol, más o menos. Diariamente se distribuyen dos estadios y medio de fútbol en el mundo. En Perú no existen cifras exactas, somos la primera organización que rescata alimentos. Ahora, en dinero se tiene un estimado de como S/. 500 millones anuales solo en supermercados y faltan los industriales, podría llegar a ser más por las empresas privadas.

¿Con qué tipo de instituciones están trabajando?

Te comentaba que hemos subido a 57 instituciones. Nosotros somos los intermediarios, por ejemplo te vienen tres toneladas de lechuga y las destinamos a colegios grandes de la zona (900 chicos), además tenemos nuestros comodines que son Cálidda, Fe y Alegría, un par de colegios grandes con comedores, albergues, programas de ayuda escolares, casas para discapacitados, de acogida de familias… Las características básicas es que tengan algún tipo de registro o un aval de entidad, que trabajen con personas que realmente necesitan y que den el servicio de alimentos continuos, que tengan un presupuesto de alimentos.

Te puede llegar cualquier tipo de alimento…

Exacto, me puede llegar cosas distintas todos los días, que es lo bonito. La idea es que el Banco de Alimentos pueda llegar a cubrir 30% de cuotas de alimentos. Las instituciones con las que trabajamos normalmente no compran frutas y verduras, pero gracias al programa de los supermercados hay muchas organizaciones que han visto su dieta más variada. Por ejemplo, tenemos un hogar de niños especiales que tenían tres comidas al día y ahora tienen cinco porque aumentaron dos meriendas. A veces, cuando hago las rutas, los niños ya saben cuando llega el camión los miércoles porque están afuera todos esperándonos.

Ya hay chefs involucrados con el trabajo del Banco de Alimentos. ¿Cómo funciona el proyecto?

Trabajamos con productos que ellos no comprarían porque son caros, por ejemplo los champiñones. Prácticamente todas las organizaciones reciben todas las semanas cajas y cajas de champiñones y un chef los ayuda a enseñarles a cocinarlos. Palmiro Ocampo nos da la mano con eso. La idea es crear sinergias con alumnos de cocina y se involucre a las organizaciones. Un programa básico de recetas también, porque el reciclaje culinario creo que les sirve un montón para saber aprovechar los productos.

NUEVA LEY, NUEVO PROYECTO

Recientemente el Pleno del Congreso del Perú aprobó la Ley 4889 que promueve que empresas peruanas fabricantes o comercializadoras de alimentos los puedan donar, sin costos tributarios o administrativos, a entidades que se encarguen de distribuir lo recolectado a instituciones que apoyen a ciudadanos en necesidad. El Diario El Comercio apunta que según datos de Comex: “la donación de alimentos en buen estado ayudará en mitigar que unos 500 mil niños en el país sufran de desnutrición crónica y siete millones de personas vivan bajo la línea de la pobreza”.

Se estima que al año, los supermercados botan cerca de S/.300 millones en alimentos próximos a vencer o con defectos de empaque. Así, Perú se convierte en el sexto país de la región que pierde más alimentos. La ley permite que se superen lo trámites engorrosos (no se va a requerir la autorización del trámite con la Sunat, bastará informar por e-mail, tampoco será preciso ir a un notario público), además de facilitar la logística en caso de desastre naturales.

¿Cómo beneficia esta ley directamente al Banco de Alimentos?

Para el Banco u otras organizaciones pasa a reducir las burocracias para recuperar el crédito fiscal. Es decir, si antes querías hacer una donación, te costaba, y la empresa no iba a recuperar el crédito fiscal y el Impuesto General a las Ventas (IGV). Para organizaciones beneficiarias este un super pro, porque ya no tienes salida: recuperas el IGV, reduces el Impuesto a la Renta (IR) y trabajas con entidades 100% trasparentes que siguen estándares de calidad, trazabilidad, con un valor añadido muy grande.

Ahora, ¿esto va a pasar también con restaurantes, que también botan un montón de comida?

Algo que comentaba con los congresistas, porque estuve en el comité técnico que hizo la ley, fue que gracias a esta ley van a nacer un montón de alternativas que ayuden a promover la donación de alimentos en hoteles y restaurantes. Hay carta abierta a la persona que me toque la puerta y diga: “quiero saber cómo has hecho para trabajar con tal organización para que tu método se pueda aplicar a hoteles y restaurantes”.

Y ahora solamente están ustedes en este rescate de comida, ¿tienes conocimiento de alguna otra institución en el Perú?

A nivel alternativa sustentable a la solución como nosotros no existe ningún otro Banco de Alimentos, pero sí organizaciones que trabajan con donaciones de alimentos antes que nosotros.

Se viene el evento de Comida Consciente, ¿cómo se organiza esta idea del Parque Cáceres, nace un poco a partir de lo hecho por Tristam Stwart y Feedback en Nueva York o ya lo tenían pensado?

Pero para mí es importante meterle en la cabeza a las personas con decisión de compra y a las personas con toma de decisiones que existe un problema en el Perú con el desperdicio de alimentos. Por eso decidimos hacer un evento y nace como una campaña de consumo responsable: la semana de la comida consiente, que comienza en el Parque Cáceres, donde cocinaremos con “desperdicios” y gratis.

¿Van a cocinar para cuántas personas? ¿Quiénes va a cocinar?

Es un meed pack con donaciones de productos de distintas agrícolas y de supermercados que vamos a ir a rescatar nosotros mismos. Se va a cocinar en el Westin la gran parte y lo demás en el parque. Los cocineros son Wilfred Dass, Diego Muñoz y Palmiro Campo. Con ellos estamos haciendo la parte de la comida y todos los chicos ayudantes que puedan tener también son bienvenidos. Ahora vemos la alternativa de poder hacer stands de otras empresas de alimentos, por ejemplo Modo Orgánico con todo lo que le sobra galletas y brownies, la idea es incentivar a que otras empresas que también son verdes orgánicas y ecológicas, y les importa el tema, puedan manifestarse. Es totalmente gratis para 1000 personas. Van a haber conciertos, presentaciones, ese día se cierra la semana ambiental de la Municipalidad de San Isidro y nuestro público objetivo son personas que tienen poder de decisión sobre las compras. Empieza a las 12:00 y acaba a las 18:00 horas. El 15 de junio habrá también un Pechakucha sobre el tema y toda la semana se celebrará el reto consciente hasta el 17 de junio. Para más información pueden visitar la web www.bancodealimentosperu.org

Etiquetas: Banco de Alimentos, Feedback, Parque Cáceres, donaciones, hambre, niños

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