ASTRID GUTSCHE: LA DULZURA DE LA HOSPITALIDAD

Escribe Paola Miglio (IG @paola.miglio) / Fotos Giancarlo Aponte (IG @hablachicho)

Astrid Gutsche es imparable y de sonrisa amable. Llena el salón con su alegría y carisma. Quizá es por eso que se ha convertido en pieza indispensable de Astrid y Gastón, irradiando contentura, pero además siendo la creativa detrás de un mundo dulce que parece infinito. Este año celebra 30 años con AyG pero, además reactiva De Astrid, donde explora no solo con tortas y dulces, sino con ese universo cacaotero peruano que puso en vitrina desde el campo y en mesa hace ya un par de décadas. A ella le debemos tanto tanto chocolate peruano. Que así se reconozca.

A Astrid Gutsche le gusta bailar. Enciende la pista con movimientos precisos y profesionales. Sonríe la mayor parte del tiempo y emana una energía potente que contagia contentura. Ella tiene bastante claras sus prioridades: cuando habla de sus hijas le brillan los ojos y su rostro se llena de satisfacción pues sabe que están encaminadas. Astrid es repostera, chocolatera y una de las creadoras, hace 30 años, de aquel Astrid & Gastón que generó un cambio en la gastronomía peruana. Es, además, quizá quien conozca más zonas cacaoteras peruanas, pues su mirada intrépida y curiosa la llevaron a recorridos largos e intensos en los que comenzó a internalizar la importancia del fruto para el país.

Astrid había crecido comiendo chocolate, pero ahora tenía en sus manos un cacao de origen que recién afloraba para el Perú y que podía transformar infinitamente. En sus rutas se topó con gente maravillosa y contó sus historias en un libro llamado Los Guardianes del Cacao. Hoy Astrid sigue creando en su retomado proyecto De Astrid, que nace en pandemia y que ahora se activa con esas maravillas que nos hace soñar en las tardes de antojo: postres delicados, divertidos (como ella), una unión de técnicas, de tradiciones, de insumos. De saberes de una cocinera entregada al Perú que vive el día a día sin proyectarse. Solucionando problemas en el inmediato. Manejando con salero querendón la sala de un restaurante ya icónico que, precisamente, mañana cumple 30 años.

ASTRID GUTSCHE: THE SWEETNESS OF HOSPITALITY

Words Paola Miglio (IG @paola.miglio) / Photo Giancarlo Aponte (IG @hablachicho)

Astrid Gutsche is unstoppable and always wears a kind smile. She fills the room with her joy and charisma. Perhaps that is why she has become an indispensable part of Astrid & Gastón, radiating happiness and being the creative force behind an infinite sweet world. This year, she celebrates 30 years with AyG. Also, she revitalizes De Astrid, where she explores cakes and sweets and the Peruvian cacao universe she showcased from the field to the table a couple of decades ago. We owe her so much for Peruvian chocolate. Let it be recognized.

Astrid Gutsche loves to dance. She lights up the dance floor with precise and professional movements. She mostly smiles and radiates a powerful energy that spreads happiness. She has her priorities quite clear: when she talks about her daughters, her eyes light up and her face fills with satisfaction, knowing they are on the right path. Astrid is a pastry chef, chocolatier, and one of the creators, 30 years ago, of Astrid & Gastón, which sparked a change in Peruvian gastronomy. She is also, perhaps, the person who knows the most about Peruvian cacao regions, as her brave and curious nature led her on long and intense journeys, where she began to understand the importance of the fruit for the country.

Astrid grew up eating chocolate, but now she had in her hands an origin cacao that was just emerging for Peru and could transform infinitely. On her routes, she met wonderful people and shared their stories in a book called The Guardians of Cacao. Today, Astrid continues to create in her revived project De Astrid, born during the pandemic and now activated with those wonders that make us dream during our afternoon cravings: delicate and fun desserts (just like her), a union of techniques, traditions, and ingredients. The knowledge of a cook dedicated to Peru who lives day by day without projecting herself. Solving immediate problems. Lovingly managing the dining room of a now-iconic restaurant that, precisely, turns 30 years old tomorrow.

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