¿DÓNDE NOS QUEDAMOS? JW MARRIOTT MADRID
Con cocina de Mario Sandoval, este estreno hotelero en Madrid es un gozo de hospitalidad y detalles.
Con cocina de Mario Sandoval, este estreno hotelero en Madrid es un gozo de hospitalidad y detalles.
Escribe Paola Miglio (IG @paola.miglio)
El JW Marriott de Madrid está casi recién inaugurado (marzo de 2023). Su fachada conserva la arquitectura de la capital castiza, monumental, y hace esquina con edificios nobles y de grandeza artística. Nos quedamos en sus amplias habitaciones, donde la bulla se apaga y la hospitalidad te arulla. Un clásico en el Centro Histórico de una de las ciudades más cosmopolitas del mundo.
Todos quieren ir a Madrid. Es punto de encuentro de amigos en vacaciones de verano, es territorio de rutas gastronómicas y arte centenario. De jardines botánicos con invernaderos de suculentas. De parques con Palacios de Cristal. Allí, donde se puede beber una clarita (cerveza con gaseosa) en casi cada esquina, donde el tapeo es infinito y los bocadillos de calamar imprescindibles, se levanta el nuevo JW Marriott Hotel Madrid, en el meollo de lo castizo y lo cosmopolita, en un barrio con arte y verde cerca.
En un edificio que cuenta historia y, en cada detalle, revela secretos de un pasado potente. Obra de los arquitectos españoles Arvo Arquitectura de Juan, con interiores del equipo madrileño de Rockwell Group, la construcción de este edificio se culminó en 1886, y tras haber sido hogar de negocios pequeños, la antigua perfumería Álvarez Gómez y hasta del Hotel Asturias, su distribución ha sido aprovechada al máximo para generar un encuentro con la modernidad sin silenciar su pasado. Columnas de hierro forjado del siglo XIX, luz vibrante que ingresa por las claraboyas de una recepción amable y atenta. Aunque eso de la hospitalidad ya se siente desde que a uno le abren la puerta de entrada.
El interiorismo no es exagerado, más bien puntual y usa tonos acogedores para crear una atmósfera cercana, iluminada, que no se excede en barroquerías, pero no está exenta de curiosidades. Hablan de una experiencia holística, nosotros respiramos una sensación hogareña y de cotidiano en la que el lujo está bien insertado y se maneja discreto. En los pequeños detalles. No podía ser distinto, imagino, es el primer JW en Madrid y se esperaba un encuentro orgánico con esta parte histórica de la ciudad, incluso de ha colaborado con la Academia Española del Perfume para que la experiencia sensorial sea plena. El Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía no están nada lejos. Tampoco la Puerta del Sol y las vías más encantadoras cubiertas por frondosos árboles que protegen al viajero de un rabioso verano.
Las habitaciones, otro placer, hay 139 pero no se siente la espera ni la abundancia de viajeros. Son pequeños oasis de amplitud acertada, con grandes ventanales y algunos hasta con terrazas con vista a las vías más cercanas. Ojo a las duchas abundantes, y camas extremadamente confortables con sábanas suaves de numerosos hilos. Para completar, spa y el chef Mario Sandoval (Coque), quien ha tomado las riendas de los fogones del hotel con una cocina de cercanía, sencilla, sin grandes estridencias, pero con interesantes aciertos. Así nos quedamos con sus alcachofas a la brasa con jamón ibérico, el pescado en cocción justa y el solomillo Wellington que da para compartir y repetir. Los postres delicados, los cócteles atinados. Y un desayuno amplio y generoso: hay buen insumo y en eso han puesto esmero.
La periodista diseña experiencias que miran la gastronomía como un canal para la transmisión cultural de países de Latinoamérica y del mundo.
Leer másConversamos con la gestora cultural, promotora de la cocina regional tacneña y miembro fundador del Patronato Gastronómico de Tacna.
Leer másUn recorrido de Jimena Agois por esta inmensa ciudad, no solo en diseño, arquitectura, sino también en cultura y gastronomía. Desde carnes hasta cocina de medio oriente.
Leer más