VINOS EN LATA EN EL MERCADO PERUANO: ¿QUÉ OPINAN LOS SOMMELIERS?
El vino encuentra otros recipientes que lo contengan, a las tradicionales botellas y tetrapacks, desde hace un poco más de una década se sumaron las latas.
El vino encuentra otros recipientes que lo contengan, a las tradicionales botellas y tetrapacks, desde hace un poco más de una década se sumaron las latas.
Escribe Vanessa Rolfini (@rutasgolosas)
El vino en lata es una tendencia en crecimiento en el mercado y Perú no escapa a ella. Lindas presentaciones, practicidad, frescura, son algunas de las características más sobresalientes. En El Trinche consultamos a los sommeliers qué opinan al respecto, sus repuestas sorprenderán a más de uno.
El vino encuentra otros recipientes que lo contengan, a las tradicionales botellas y tetrapacks, desde hace un poco más de una década se sumaron las latas. Los más ortodoxos han puesto el grito en el cielo, pero su presencia en el mercado va en aumento, especialmente, entre generaciones más jóvenes. Suelen tener hermosos diseños y están pensados para consumirlos apenas lleguen a nuestras manos.
En Perú ya contamos con varias etiquetas importadas y nacionales. Por ejemplo, de la bodega californiana Coppola con su línea Diamond con cuatro varietales: Pinot Noir, Malbec, Merlot, Chardonnay y Sauvignon Blanc. Se trata de vinos sin barrica, pero bien ejecutados, que conservan la frescura en la lata. Otro caso es la iqueña Viña Vieja, que ofrece un vino tinto dulce de uva Borgoña, y dos semisecos, blanco elaborado con Chenin Blanc y un rosé.
El lanzamiento más reciente lo ha hecho la bodega chilena Santa Rita, que además de los vinos tranquilos, introduce un frizzante elaborado con Chardonnay, que según palabras de la enóloga María Cecilia Pinto ha sido un gran acierto en el canal electrónico, cuyo consumo creció en pandemia porque los millenials son los más entusiastas.
Pinto cuenta que la línea Rita es fácil de guardar y abrir, que de cada lata se pueden servir dos copas y que el contenedor está elaborado con un 70% de aluminio reciclado. Se trata de vinos frescos, jóvenes y versátiles, con empaques atractivos, tal como sucede con todos los casos aquí mencionados. Al respecto, en El Trinche le preguntamos a sommeliers sobre el vino en lata. Todos coinciden en que dejemos de lado los prejuicios y las reservas, y que bien vale la experiencia.
IDEALES PARA IR DE PASEO
“El vino en lata es un gran paso para atraer a las generaciones más jóvenes. Tiene varias ventajas, fácil de transportar, no necesita ni copa ni sacacorcho, se enfría rápido, ideal para salir de paseo”. Soledad Marroquín.
ENFRÍAN RÁPIDO Y FÁCILES DE LLEVAR
“Ya tienen buen tiempo, los vi en Australia hace como 12 años, después en Estados Unidos y ahora lo más cercano, en Chile, Argentina y en Perú. Es una tendencia que busca público joven entre 18 y 25 años, más preocupados por el medio ambiente por el tema de las latas y no las botellas. Que no necesita las copas. En mi caso, que estoy en un grupo de cuarenta, se me hace medio difícil. Sin embargo, es práctico cuando estoy en la playa o una piscina, es su mayor beneficio. Se enfrían rápido y son fáciles de llevar. Normalmente llevan vinos de calidad media”. Giovanni Bisso.
NO APORTA NADA MALO AL VINO
“Me parece super práctico, jovial, el material no aporta nada malo al vino, probé hace unos años un Merlot en Estados Unidos y estaba bien equilibrado, pienso que es una presentación que vino para quedarse”. Dora Dallos.
FRESCOS Y FÁCILES DE BEBER
“Son una buena opción para el público joven que no quiere complicaciones, que se traslada de un lugar a otro sin preocuparse de que la botella o las copas se puedan romper; además no requiere sacacorchos. Lo que se espera es que sea fresco y fácil de beber, no ofrece grandes aromas que se compensan con el sabor boca, que entre tantas cosas es de taninos amables”. Pedro Cuenca.
NO ESTÁN PENSADAS PARA LA GUARDA
“Creo que este tipo de presentaciones son las que faltaban en el mercado peruano. No daña para nada el vino que contiene dentro. Hay que tomar en cuenta que se trata de un producto de consumo rápido, no para guardarlo por meses o años, como en otros casos. Además, ayuda a que la lata llegue más rápido a su temperatura ideal. A quien le gusta el vino dulce con un poco de efervescencia, esta opción le encantará. Héctor Tuesta.
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