PREGÓN DE LAS ONCE: DULCES DE ANTAÑO CON GUIÑOS MODERNOS ABRE TALLER AL PÚBLICO
Visitamos su renovado taller en Barranco para conocer más de su carta actualizada y la inspiración detrás de su emprendimiento.
Visitamos su renovado taller en Barranco para conocer más de su carta actualizada y la inspiración detrás de su emprendimiento.
Escribe Fiorella Gómez (IG @lafoodieperiodista)
Los pregoneros eran personajes habituales en el paisaje urbano de la Lima del siglo XIX. Estos vendedores ofrecían todo tipo de productos comestibles anunciándolos con rimas en distintas horas del día: “casas había en que para saber la hora no se consultaba reloj, sino el pregón de los vendedores ambulantes”, anota Ricardo Palma en sus Tradiciones Peruanas.
La historiadora Gloria Hinostroza cuenta que los pregones y pregoneros se remontan a la época de la Colonia. Que la tradición se mantuvo, aunque a menor escala y que, en el siglo XX, entre la década de los sesenta y ochenta, quedaban damas que paseaban por Lima con sus mandiles impecables ofreciendo alfajores de miel, revolución caliente y, los fines de semana, tamales por la mañana. Si tienen suerte, aún los pueden escuchar en alguna esquina random o topárselos sin querer una mañana. Felipe Garzón y Michelle Gamardo han recogido esta parte de nuestra historia y la pusieron al día sin quitarle ni el salero ni la leyenda. Así, la entrelazaron con técnicas de pastelería contemporánea para darle forma a Pregón de las Once, una dulcería virtual que finalmente en esta semana previa a 28 de Julio se materializa para beneplácito de todos los dulceros nostálgicos.
Esta dupla de investigadores y reposteros trabaja para revalorar los sabores que marcaron a la Lima de antaño, dándoles guiños modernos y creativos para acercarlos al paladar de los nuevos comensales. Insumos como bayas silvestres de temporada, maca, pushgay y el maíz llipta ayacuchano son algunos de los que podemos encontrar en los productos de su creación. “Desarrollamos nuestras ideas en base a preparaciones que conectan con el recuerdo de las personas, pero teniendo al mismo tiempo la libertad para hacer las cosas de forma diferente”, comenta Garzón. En sus propuestas se encuentran sabores autóctonos con estética atractiva y el resultado no es solo buen producto, sino una excelente estrategia para acercar recetas históricas al paladar de los comensales.
El conocimiento de los sabores característicos de distintas partes del Perú lo consiguen viajando y probando dulces de cada región. “Sabemos del legado cultural e histórico que conserva el recetario histórico en el país, que por diversos factores no está tan en vitrina salvo por casos específicos, la falta de interés o por modas extranjeras que no nos representan”, explica la pareja sobre su compromiso con este proyecto. De todas las regiones peruanas, la que aún está pendiente en su checklist de aventuras es la selva.
Lo que comenzó como una jornada creativa en la cocina de su hogar, hoy ha escalado a un taller de producción más grande con asistentes incluidos. Las características que su trabajo ha mantenido a lo largo del tiempo son una presentación pulcra y la adaptación de lo tradicional a lo contemporáneo, sin perder su esencia original. Al inicio, su dinámica de pedidos era por reservas para los fines de semana, pero tras la apertura de su nuevo taller en Barranco, ahora atienden presencial. Producto de esta reciente apertura, también extendieron su carta: hay panes, cakes, salados, bebidas calientes y frías. Así como galletas de doble chocolate y un jar de mermelada de higos con vino tinto. Dentro de las mejores opciones están su pan dulce, un bollo aromático, suave y con cremoso relleno sabor a naranja; la empanada de tres puntas con carne al estilo rocoto relleno y su ración justa de ocopa; y el cake de zapallo, pecanas y frejol colado bastante bien balanceado. Acompañar el pedido con un vaso de api de maíz morado es una buena opción para cerrar la experiencia. De la carta clásica, el sanguito es una alternativa que merece repetirse más de una vez. Su ranfañote y dulces de olla no dejan queja alguna. Como último dato, aprovechando el mes patrio, ambos emprendedores alistaron un box especial con lo mejor de su carta. Esto incluye 1 cake de zapallo relleno de frejol colado, cuatro unidades de maná de café y vainilla amazónica (Pompona), 1 ranfañote, 1 sanguito de coco y dos panes de dulce. La lista de pedidos ya está abierta y se debe reservar con anticipación. Las entregas se harán el sábado 27 y domingo 28 de julio.
El taller del Pregón de las Once está ubicado en jirón Tejada 105, Barranco. Horario: de miércoles a sábado de 10:00 a 18:00 horas y los domingos de 10:00 a 17:00 horas. Solo disponible para recojo. Los pedidos pueden realizarse vía su cuenta de Instagram o WhatsApp al +51 982 056 330. Recientemente se incorporaron a aplicativos.
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