Hace poco más de un año se creó la Alianza Peruana de Sommeliers, integrada por un equipo multidisciplinario que busca elevar el nivel de la profesión en el país y representarlo ante el mundo.
Escribe Daniel Quintero (IG @danielquintero) / Foto Cortesía Fiorella Gómez Revista Placeres
Hace poco más de un año se creó la Alianza Peruana de Sommeliers (ALIPS), integrada por un equipo multidisciplinario que busca elevar el nivel de la profesión en el país y representarlo ante el mundo. Uno de los pasos importantes para alcanzar ese objetivo ha sido su incorporación a la Association de la Sommellerie Internationale (ASI). Sobre ello conversamos con Máximo Garay y Flor Rey, presidente y vicepresidenta de la ALIPS.
La ASI se fundó hace más de 55 años como una organización paraguas para elevar el nivel de los profesionales de la restauración a nivel internacional. Aunque sus raíces históricas se encuentran en Europa, ASI está ahora representada en seis continentes. Sus miembros no son sommeliers individuales, sino las propias asociaciones nacionales de sommeliers, y por ello integra a 63 representaciones como miembros de pleno derecho y a cinco países observadores. A estos últimos se une hoy el Perú.
¿Qué representa para la Alianza Peruana de Sommeliers la incorporación a la ASI?
Flor Rey: Ha sido un logro muy importante ser considerados como miembros observadores. Nuestro objetivo es ser full members, pero tener esta oportunidad para la sumillería peruana —que ha estado en una gran búsqueda durante muchos años— finalmente muestra el trabajo en equipo, esta unión que ha habido del grupo de fundadores hace año y medio atrás. Creo que esto marca un precedente de lo que Perú puede llegar a ser y que finalmente todos los sommeliers que hacemos vida en el Perú puedan estar representados ante un organismo.
Máximo Garay: La primera visión debe ser como país, a partir de ahora Perú tendrá mayor visibilidad ante el mundo.
¿Cómo beneficia esta alianza a los profesionales de la sumillería?
MG: En realidad beneficia muchísimo, primero por el tema de las competiciones: tendremos que seleccionar y enviar al Mejor Sommelier del Perú, para que participe en competiciones que organiza la ASI, como Mejor Sommelier de las Américas y luego Mejor Sommelier del Mundo. Esto es importante porque el representante cada año tiene que estudiar muchísimo y prepararse para dicha competencia para representar al Perú ante el mundo. Otros beneficios son el uso de la marca College of Aplicants de la ASI e incluso descuentos en Guildsomm.
FR: Acceder a Bootcamps, concursos, le permite al sommelier ponerse en una posición de superación más allá de lo que uno puede obtener solo. Ir por logros y que la educación sea un punto super importante, es algo que debemos valorar y tener más conocimientos para escalar en diversas posiciones en el trabajo que se desempeñe, desde tienda de vinos, hotel, restaurant o importadoras o bodegas. Yo lo miro desde el lado del enriquecimiento educativo que nos permita conocer a sommeliers de otros países y generar ciertos intercambios.
¿Qué podemos esperar de esta unión en los próximos meses?
MG: En primer lugar, esta noticia nos ha permitido crecer en la cantidad de socios. El tener un sello internacional que respalde a nuestra asociación, hace que otros sommeliers se quieran integrar a la ALIPS; tendremos que hacer un concurso de Mejor Sommelier del Perú para enviarlo a los concursos; por otro lado, tenemos las certificaciones de nivel 1 y 2 con el sello de ASI, que se suman a las de WSET y de la Corte de Master Sommeliers; tendremos una tercera certificación que ayuda a la educación de los sommeliers; asistir a las asambleas generales y participar en las charlas y seminarios virtuales que organiza ASI.
FR: Creo que ALIPS tiene un reto aún más grande con sus fundadores y asociados (más de 100): comenzar a trabajar para progresar para que Perú pueda ser reconocido como un miembro completo de ASI, demostrar que Perú puede y llevar la sumillería a un nivel mucho más alto y que las personas se sientan respaldadas a través de esta asociación, donde puedan ser oídos y gozar de sus derechos. Creo que esto es un bonito reto que tendremos que cumplir para que las próximas generaciones de sommeliers puedan ser vistas y escuchadas.
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