La ciudad de Estocolmo, en Suecia, congregó a los representantes de diversas asociaciones de proyectos sostenibles para la entrega del Food Planet Prize, un premio que otorga dos millones de dólares a iniciativas que apuntan a mejorar el impacto causado por nuestra forma de comer.
El Food Planet Prize nace en 2019 en Suecia tomando en consideración los peligros que nuestros actuales sistemas alimentarios representan para la salud de las personas y el planeta, y con la convicción de que las formas en que producimos, distribuimos y consumimos alimentos deben ser reformadas radical y urgentemente si las generaciones futuras — y el propio planeta — quieren sobrevivir y prosperar.
LOS GRANDES GANADORES
Este año, el Food Planet Prize fue otorgado a C40 Cities, organización que enfoca su sistema de trabajo en alimentación bajo el objetivo específico de promover dietas más saludables y sostenibles, tanto para la gente como el planeta, en casi un centenar de ciudades en todo el mundo, incluyendo Lima.
C40 Cities es una coalición de alcaldías de las principales ciudades del mundo (comenzó con 40 y ya suma 97) que crea proyectos de mejoras en la calidad de las ciudades y luego comparte la información de estos logrando un aprendizaje colaborativo y ampliar así el conocimiento de éxitos y fracasos. El Trinche estuvo presente en Estocolmo, durante el anuncio del premio y en los Food Planet Talks, donde Stefania Amato, líder de estrategia de alimentación de C40, reveló cuán complicado es, incluso dentro de una organización global como C40, que la parte gastronómica tenga la fuerza necesaria. Este reconocimiento, sin duda, ayudará a impulsar su trabajo en las ciudades que participan en el acelerador Good Food Cities: Estocolmo, Londres, París, Milán, Barcelona, Oslo, Copenhague, Nueva York, Toronto, Montreal, Los Ángeles, Guadalajara, Seúl, Quezon, Tokio y Lima, que se unió a C40 Cities en 2017, adoptando así varios compromisos, entre ellos fomentar una alimentación sostenible y aplicar políticas que favorezcan una dieta sana.
Según cifras de la comisión para alimentación, planeta y salud de EAT-Lancet, estas ciudades han activado planes que en conjunto sirven más de 500 millones de platos de comida. Cada una trabaja con el contexto y realidades propias; las buenas soluciones que aplique una rápidamente se puede escalar y refinar para que los planes les funcionen a otras que encuentren retos similares. Para Lima, esta es una oportunidad de aprender y aplicar los aprendizajes de otros.
Sobre el premio, Zachary Tofias, director de alimentos y desperdicios de C40, dijo: “Es un honor increíble, estamos motivados, este premio nos da más recursos para que las ciudades tomen más acción, porque las ciudades son los principales actores para promover que la gente consuma más alimentos saludables”.
El jurado del Food Planet Prize estuvo integrado por un panel de 10 expertos, Clara Coleman, productora de segunda generación; Gina Giugni, vitivinicultora agrodinámica; Franco Fubini CEO del mercado Natoora; Paul Polman, líder de negocios y co-autor del libro Net Positive: como empresas valientes surgen al dar más que lo que toman; Olivier De Schutter co-chair del panel internacional de expertos en sistemas de alimentación sostenible; Line Gordon, directora del Centro de Resiliencia de la Universidad de Estocolmo; Shenggen Fan, profesora de la universidad Agrocultural de China, Lindiwe Sibanda Profesora de la Universidad de Ciencias Naturales y agricultura de la Universidad de Pretoria; además de Johan Rockström (co-chair), director del Instituto Postdam para la Investigación del Impacto climático; y Magnus Nilsson (co-chair), chef, productor de manzanas orgánicas y director general de la Fundación Curt Berfors. Para ellos, “C40 es una fuerza global con alcance local que puede trabajar planes con ciudades de todo el mundo apoyando en la creación de políticas públicas y en los programas de comedores escolares, buscando reducir las pérdidas de comidas y desperdicios. C40 tiene la única oportunidad de construir sinergias entre redes de sostenibilidad urbana para proveer una mejora en nuestro sistema de alimentación liderado por las ciudades”.
GANADORES QUE DAN RESULTADOS
El premio funciona como una herramienta de aceleración de proyectos existentes que ya estén logrando cambios en el mundo y puedan ser escalables. Al respecto, el chef Magnus Nilsson, director general de la fundación y co-chair del premio, dijo a El Trinche: “El premio busca acelerar sistemas de alimentación sostenible; lo que buscamos es reducir el impacto sobre la forma en la que comemos”.
Entre los ganadores de años anteriores están proyectos poderosos donde la tecnología y los datos forman parte de los cambios. Precisamente, con la intensión de visibilizarlos, se realizaron los Food Planet Talks, donde las iniciativas que fueron reconocidas compartieron los alcances de su gestión y el impacto logrado tras recibir el dinero que otorga este premio.
Uno de estos ejemplos es Cold Hubs, un modelo con fines de lucro, creado por el agricultor y periodista Nnaemeka C. Ikegwuonu en Nigeria, África. Consiste en cuartos de almacenamiento refrigerado en los mercados de verduras, carnes y pescados en zonas donde la electricidad no es directa y que funcionan con paneles solares, permitiendo que la vida útil de los productos que se comercializan se extienda hasta un 1000%, en zonas donde las necesidades de nutrición son importantes. Con la ayuda del premio que la organización recibió en 2021 pudieron atender más mercados y crear en paralelo unidades de generación de bloques de hielo, también operadas con paneles solares, lo que permite que la cadena de frío se mantenga al movilizar productos sensibles a la temperatura, generando ingresos adicionales a los mercados que adquieren estas unidades.
Los ganadores de la edición 2023 fueron las científicas del Alliance of Bioversity International, Sarah K. Jones y Natalia Estrada Carmona, quienes crearon un índice que ayuda a la medición de la agrobiodiversidad. En sus investigaciones, ellas notaron que normalmente no hay data cruzada entre los índices que manejan instituciones asociadas a agricultura, ambiente y nutrición, por lo que las decisiones que toman algunos gobiernos parten de una data incompleta. Con la homologación de este índice, en colaboración con gobiernos como los de Zambia, India y Perú han logrado establecer parámetros que miden el impacto ambiental, nutricional y productivo de las actividades agrícolas.
Natalia Estrada Carmona comenta que cuando ganaron el premio tenían una herramienta robusta, pero se dieron cuenta de que necesitaban la data en mayor resolución. En Perú, con el proyecto que trabajan con el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) y el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) han logrado crear zonas de agrobiodiversidad donde se empodera a las comunidades, incorporando además el aspecto cultural y sus técnicas agrícolas. “Con el índice nosotros buscamos resaltar la importancia, la urgencia y la necesidad de utilizar toda nuestra biodiversidad cultivada y al mismo tiempo, reconocer el trabajo que las comunidades indígenas, agricultores y productores hacen al mantener esa diversidad. Es importante traerla a los campos, a los platos y a nuestros paisajes”, nos dijo.
NOMINACIONES SIEMPRE ABIERTAS
Las nominaciones al Food Planet Prize son libres y tiene un proceso de selección que toma aproximadamente 15 meses. Este año se recibieron más de mil proyectos diferentes, muchos de ellos desde diferentes fuentes. “Una vez que recibimos el proyecto lo comenzamos a poner en el radar y lo revisamos en múltiples oportunidades. Si este año un proyecto no quedó entre los finalistas o no ganó, puede volver a aplicar vía el sitio web. Es un proceso muy fácil que solo toma tres minutos”, nos dijo Magnus Nilsson.
Las inscripciones están abiertas todo el año y cierran en mayo, pero se puede seguir postulando para el año siguiente. El primer paso es inscribir los proyectos aquí: https://foodplanetprize.org/foundation/prize/nominate/
Etiquetas: food planet prize, premios, gastronomía, sostenibilidad, planeta verde,
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