Escribe Fiorella Gómez (@lafoodieperiodista) / Foto de portada Woima Corp.

En el panorama del reciclaje de nuestro país se acentúa un alarmante porcentaje de acumulación de residuos a nivel nacional. Ante ello, además de promover la reducción de aquello que desechamos y procurar su reutilización, es necesario pensar en términos de economía circular, y entender que nuestra participación puede contribuir a una mejor y más sostenible gestión de residuos.

La gestión de residuos sólidos en Perú enfrenta desafíos significativos que hablan por sí mismos y piden a gritos que actuemos en conjunto de forma coordinada y urgente. Actualmente, en el país se producen más de 21.000 toneladas de residuos sólidos cada día, según el Ministerio del Ambiente (Minam). De esta cifra, solo se recicla el 1,8 %. Menos del 20% de los desperdicios logran procesarse para ser reaprovechados, una cifra alarmante si la comparamos con los niveles de otros países latinoamericanos como Brasil, donde el reciclaje de materiales específicos, como el aluminio, alcanza el 99%. La brecha existente entre el Perú y el extranjero revela una necesidad muy grande de implementar políticas más efectivas en pro del medio ambiente y programas que impulsen la cultura del reciclaje a gran profundidad.

Si ponemos la lupa sobre la capital, la situación es aún más crítica. Según un informe de INEI, en el año 2021 se generaron más de 3 millones 862 mil toneladas de residuos sólidos municipales en Lima. Por lo tanto, adoptar un modelo de economía circular en este contexto podría no solo reducir el impacto ambiental, sino también generar beneficios económicos importantes. La economía circular podría generar beneficios de hasta 4.5 billones de dólares a nivel global para 2030. En Perú, este modelo podría generar miles de empleos en el sector del reciclaje, mitigando al mismo tiempo la crisis ambiental y mejorando la calidad de vida de muchos peruanos.

LA REALIDAD DEL RECICLAJE EN PERÚ

El Minam estima que en Perú existen alrededor de 180 mil recicladores, de los cuales solo el 3% está formalizado. Este último grupo realiza actividades que a menudo se llevan a cabo en condiciones precarias, sin el reconocimiento ni los beneficios que ofrecería una mayor formalización.

A pesar de que en Perú existen normas destinadas a reconocer y promover la integración formal de los recicladores en los sistemas de gestión de residuos sólidos, muchos de ellos aún enfrentan condiciones de trabajo precarias que ponen en riesgo su salud y bienestar. Entre los principales desafíos se encuentran la informalidad, ya que no todos están registrados en los padrones oficiales del Estado; la falta de empleo digno, debido a las condiciones inadecuadas para ejercer su labor; la escasa información por parte de las municipalidades sobre el reciclaje en sus jurisdicciones; la insuficiente capacidad institucional para articular eficientemente a las autoridades y los recicladores; y la estigmatización social que afecta el reconocimiento de su importante labor.

LEGISLACIÓN EN LA MATERIA

El reciclaje en Perú está respaldado por un marco legal que lo promueve como una actividad esencial para reducir el impacto ambiental y generar beneficios económicos importantes. La Ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos establece que los residuos no deben ser vistos como desechos, sino como recursos económicos potenciales que pueden y deben ser aprovechados. Este enfoque prioriza su valorización a través de actividades como el reciclaje de metales y sustancias inorgánicas, la producción de compost y fertilizantes, la generación de energía, entre otros procesos que minimizan la disposición final de los residuos en vertederos.

Sin embargo, a pesar de estos avances legales, la implementación de estas normativas sigue siendo un reto para las autoridades. Muchas municipalidades aún no han incorporado de manera eficaz a los recicladores en su gestión de residuos, lo que ralentiza el avance hacia un sistema más sostenible que genere resultados tangibles. Sin una implementación efectiva y una mayor conciencia ciudadana, el marco legal no tiene el impacto necesario para transformar la realidad del reciclaje a nivel nacional.

LOS AGENTES DEL CAMBIO

En medio de este escenario, identificamos a algunas organizaciones privadas que han asumido un rol importante de acción frente a la problemática que vivimos en el país, promoviendo buenas prácticas en temas sostenibles y la gestión eficiente de los residuos que generamos en el día a día. Aquí les presentamos cinco:

• Ecoladrillos Perú. Proyecto que busca dar una solución creativa para reutilizar plásticos de un solo uso, especialmente botellas PET y bolsas plásticas de golosinas, entre otros, para crear ecoladrillos, un material de construcción sostenible y de bajo costo. Estos ladrillos se hacen llenando botellas de plástico con residuos no reciclables, que luego son recolectados en centros de acopio para ser utilizados en diversas construcciones impulsadas por la organización, ayudando a reducir la contaminación por plásticos y generando una ayuda a personas en situaciones precarias.
• Lima Compost. Antes conocida como LombriWasi, es una organización que busca promover el compostaje urbano, ofreciendo soluciones para que las personas puedan transformar sus residuos orgánicos en compost desde casa aprovechándolos para su uso en jardinería doméstica. El equipo está enfocado en educar y equipar a los ciudadanos con herramientas para realizar el compostaje, ayudando a reducir la cantidad de residuos que terminan en los vertederos.
• Recicla Pe. Este emprendimiento se dedica a la recolección y reciclaje de residuos en Lima, promoviendo el reciclaje de papel, plástico, vidrio, metales, entre otros materiales. Trabajan con empresas, colegios y organizaciones para ofrecerles una solución adecuada para la gestión de residuos y fomentar una cultura de reciclaje. Actualmente, están expandiendo sus acciones para generar un impacto fuera de Perú y llegar a toda Latinoamérica bajo el nombre Recicla Latam.
• Sinba. Esta iniciativa trata de impulsar la práctica de la economía circular y la gestión de residuos, especialmente en la industria gastronómica. Sinba recolecta residuos orgánicos generados por restaurantes, mercados y otros negocios, y los transforma en productos como compost o alimentos para animales. Además, busca sensibilizar y educar a empresas sobre la importancia de reducir su huella ecológica como forma de sumarse al cambio hacia una vida más sostenible.
• Wong y sus programas de sostenibilidad. El primer supermercado con un e-commerce de carbono neutral, ha implementado estaciones de reciclaje en 11 tiendas, logrando reciclar más de 100 toneladas de residuos al año. Adicionalmente, desarrolla envases sostenibles y ha reducido el uso de plástico en sus productos perecibles. A nivel social, la empresa colabora con el Banco de Alimentos Perú, donando más de 290 toneladas de alimentos a organizaciones de ayuda, y apoya a pequeños productores de papas nativas, contribuyendo a mejorar la economía de 750 familias en Ayacucho.

CAMINO HACIA UN FUTURO MÁS SOSTENIBLE

Nuestro país enfrenta enormes desafíos en su gestión de residuos. Pero las soluciones están al alcance. La adopción de una economía circular, el fortalecimiento del marco legal, la formalización del sector reciclador y la promoción de emprendimientos sostenibles como los compartidos en esta nota son pilares esenciales para transformar la realidad actual. Pero el cambio no será posible sin un compromiso colectivo que involucre tanto a las autoridades como a los ciudadanos.

Es crucial que se continúen implementando políticas más efectivas y programas que fomenten la cultura del reciclaje, y que cada uno de nosotros asuma un rol activo en la reducción de desechos. Con la participación de todos, es posible no solo reducir el impacto ambiental, sino también construir un futuro más limpio y próspero para el Perú.

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