ALERTA DE BAR NUEVO: BAR LIMA
Hay quiénes no van de bares. Hay quiénes los habitan con la comodidad propia de un pez tropical en aguas cálidas entre corales coloridos.
Hay quiénes no van de bares. Hay quiénes los habitan con la comodidad propia de un pez tropical en aguas cálidas entre corales coloridos.
Escribe Bili Sánchez Montenegro (@bilisanchez)
Hay quiénes no van de bares. Hay quiénes los habitan con la comodidad propia de un pez tropical en aguas cálidas entre corales coloridos.
Un bar no solo es un espacio para emborracharse. En un bar, un bar tradicional limeño, los tragos lubrican las conversaciones. La maravilla que es vivir se enfrenta a su tragedia dramática en una dialéctica claroscura. Puedes quejarte de los gobernantes tanto como reírte de sus estupideces a carcajadas. Los peces tropicales entran en aquellos espacios mágicos y no hace falta decir nada. Saludan con abrazos a los mozos, al cajero y al dueño. Se quedan de pie en la barra y de pronto aparece lo que les gusta beber. Para comer tal vez deban hacer un gesto con la mano. Las bromas de la última borrachera acompañan a los primeros sorbos.
Es entonces cuando un bar es una casa, el coral colorido, cálido e iluminado. Cierto que el tiempo hace que la magia de la tradición tome olor, color, sabor y textura. Pero existen excepciones. Gratas excepciones, como Bar Lima, que ha abierto hace escasos dos meses.
Las aguas cálidas están en una casona antigua del centro de Lima, a la espalda de la Clínica Internacional, lo que era la embajada de Estados Unidos, justo frente a otro lugar de espanto como lo es la Casa Matusita (con mucho respeto a su tradición fantasmagórica). A traviesas dos salas previas al espacio central y un hermoso patio te quedará al lado izquierdo. El coral colorido.
A Rodrigo Wangeman -músico, fiel parroquiano de bares tradicionales y artífice de Bar Lima- lo van a encontrar al fondo, detrás de su hermosa barra de madera, sólida y consistente, como cada uno de los conceptos con los que ha creado su casa. Él los verá desde que entran. A medida que se acercan, la sonrisa de Rodrigo crece dando la bienvenida.
En lo personal no puedo recomendar ningún lugar sin haber aprobado su chilcano. El chilcano es preciso. Se nota que lo hace alguien que ha tomado varios y que quiere compartir esa emoción. Sin embargo, el chilcano de palo santo es una maravilla. Cosa seria. El pez que escribe estas líneas es vegetariano, más allá de las yucas fritas y los tequeños, la gran mayoría de comensales establecen que tanto el pan con pejerrey como el de asado son lo máximo. De jueves a sábado la oferta musical es diversa. Más bien increíble, diría yo. Conciertos gratuitos, peña joven, fiestas bailables y exposiciones de pintura, fotografía y dibujos.
Algunas personas, menos mal que pocas, me han preguntado que por qué el Bar Lima no está en Barranco. Bar Lima está en el sitio perfecto, con una oferta buenísima. Hay vida más allá del Finis Terrae, es cuestión de aventurarse, peces tropicales. Un dato más, hay pisco Incanto, pregunten por él.
Bar Lima. Av. España 227, Centro de Lima / Horario: lunes a sábado de 17:00 a 04:00 horas / Se aceptan tarjetas.
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