BELO HORIZONTE, UNA RUTA CON ARTE Y BUEN COMER PARA ALIMENTAR CUERPO Y ESPÍRITU
Belo Horizonte destaca por su gastronomía y producto local, pero también por su arquitectura y su conexión con el arte.
Belo Horizonte destaca por su gastronomía y producto local, pero también por su arquitectura y su conexión con el arte.
Escribe Daniel Quintero (IG @danielquintero)
Al salir del aeropuerto de Belo Horizonte, camino a la ciudad, paisajes sacados de Los Supersónicos, como de un futuro modernista, se ven a un lado de la autopista Juan Pablo Segundo. Esta imagen es solo el comienzo de lo que disfrutamos en la capital de este estado brasileño.
Llegamos a Belo Horizonte -una ciudad que vive a un ritmo mucho más relajado que el de Sao Paulo- con motivo de visitar Fartura Belo Horizonte, un evento anual que conecta a las comunidades con su gastronomía de la mano de Fartura do Brasil. Se trata de una importante plataforma de comunicación gastronómica dedicada a la producción de libros, documentales, además de contar con un portal de noticias y con la Casa Fartura, espacio para acercar a los productores de la región con los comensales, con una pequeña tienda, café, salones de clases demostrativas de cocina, biblioteca y espacios para charlas.
Después de tres años de ausencia, Fartura Belo Horizonte volvió en 2022 con una agenda cargada: seis eventos, tres cenas con chefs internacionales, dos concursos y una feria callejera a la que asistieron más de 56 mil comensales dispuestos a disfrutar de música en vivo, productos artesanales, street food y charlas. Para conocer la oferta gastronómica de la región visitamos también Xapuri, un restaurante de cocina “mineira” tradicional, un espacio campestre donde se preparan desde cero panes, guisos, carnes y postres. Aquí el chef Flavio Trombino nos enseñó cómo hacer “pão de queijo”, mientras en la cocina de pastelería, las cocineras preparaban postres como cocadas y manjar en ollas inmensas.
Para cerrar la experiencia gastronómica visitamos el restaurante Glouton, donde el chef Leo Paixão realiza preparaciones con técnicas que van de la francesa a la modernista usando producto local. Reconocido en 2022 en el puesto 64 de la lista 50 Best Latam, su propuesta incluye presentaciones atractivas y sabrosas como un crocante de pescado y conchas de abanico y limón; crocante de piel de pescado con zabaione de cebolla china y caviar de aceitunas; raviol con masa de nabo relleno de castaña amazónica y sorbete de maíz verde; piedra hecha con espuma de beterragas y queso de cabra; y de postre, naranja, almendras, mascarpone y coñac.
Parte de la ciudad de Belo Horizonte gira en torno al proyecto urbano de Pampulha, que desde su apertura en 1943 representa el corazón de todo: un concepto de ciudad jardín diseñado alrededor de un lago artificial cumpliendo con las necesidades sociales de la época, desde un casino (ahora museo), el club de yates y la sala de baile, hasta la iglesia dedicada a San Francisco de Asís desde la cual no es posible ver las áreas sociales “con el fin de dejar ocultas las actividades paganas”. Diseñado íntegramente por el arquitecto Oscar Niemeyer (1907-2012), este complejo cuenta también con colaboraciones de diversos artistas, cuyo trabajo sigue el estilo de líneas orgánicas y estructuras curvas.
Como todas las ciudades, en la plaza central se ubicaban los poderes públicos, pero cuando estos se mudaron a la Cidade Administrativa, los edificios de la plaza central se convirtieron en museos. Hoy, estas sedes albergan el Espacio UFMG (Universidad Federal de Minas Gerais) del Conocimiento, el Museo de la Minería y el Metal, el Museo de Cultura y Tradiciones Memorial Vale, el Instituto de Patrimonio Históricoy Artístico, el Centro Cultural del Banco do Brasil y la sede del edificio Niemeyer, edificio residencial construido en 1960 bajo el característico estilo de líneas curvas del arquitecto. Y aunque el tiempo fue corto, pudimos comprobar que las exposiciones permanentes e itinerantes conectan a la ciudad con el arte.
Para los amantes del arte, a 60 kilómetros de la ciudad también se encuentra el Instituto Inhotim, el museo al aire libre más grande del mundo, con más de 140 hectáreas de bosque abierto al público, alrededor de 700 trabajos de más de 60 artistas de 40 países y 43 mil especies botánicas de todos los continentes. Explorar el Inhothim requiere de varios días, aunque hay carritos eléctricos que circulan para llegar a las galerías más apartadas. Incluso en ocasiones hacen actividades nocturnas en ciertos espacios. Minas Gerais es un destino para descubrir de a pocos, en varias visitas, acá también se produce café, vinos y hay un circuito dedicado a la minería y el oro, de los que les contaremos en otra ocasión.
¿Cómo llegar? Llegamos en un vuelo de Latam Airlines con escala en São Paulo, el total del viaje es un poco más de siete horas ¿Dónde nos quedamos? El Fasano Belo Horizonte nos dió cobijo en el corazón de la ciudad.
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