LA CAPITANA: REINO SABROSO DE MUJERES EMPODERADAS EN PUEBLO LIBRE

LA CAPITANA: REINO SABROSO DE MUJERES EMPODERADAS EN PUEBLO LIBRE

Una pizarra encima de la barra registra el plato del día y los cócteles sugeridos. Música, pisco y buena cocina son una potente combinación.

Escribe María Elena Cornejo (IG @melenacornejo)

“Hay escalones hacia el éxito cuando se trabaja con un objetivo”, dice el griego-nigeriano Giannis Antetokounmpo, atleta que pasó de inmigrante ilegal a estrella del baloncesto estadounidense. Lo que vale para el deporte, vale para la vida. Por eso pensé que esta frase caía a pelo a las chicas de La Capitana, simpático local que está a caballo entre el restaurante y el huarique. Reino sabroso de mujeres empoderadas en Pueblo Libre.

En este caso, Rafael Ósterling puso los escalones y el objetivo lo definieron las hoy dueñas del negocio Angie Márquez (gerenta de operaciones del grupo Rafael Ósterling) y Paola Figueroa. Ambas se “jalaron” al joven y talentoso cocinero colombiano David Insandara (25), también parte de las huestes rafaelianas.

La Capitana. Crear una barra de culto no es fácil, y esta es la tarea que se ha impuesto el equipo de La Capitana con buen insumo y creatividad.

En plena pandemia Angie y Paola encontraron un pequeño local en el apacible barrio de Pueblo Libre, que hace esquina con un acogedor parquecito situado a pocas cuadras del museo Larco y del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia. Lo acondicionaron con 10 mesas cuadradas, 20 sillas de madera y soguilla y una barra con siete bancas que dan directamente a la cocina abierta donde David y tres cocineras se encargan de las preparaciones, mientras que Paola atiende al público y se encarga de la administración y logística.

SE FUERON POR EL PRIMER AÑO

La Capitana. Una entrada sencilla, un corazón gigante y lleno de sabor.

Así nació La Capitana, que acaba de cumplir su primer año de funcionamiento, tiempo en el que afinaron ritmos, ampliaron el horario y definieron un estilo de cocina. Este reino de mujeres empoderadas hace honor al nombre del local. La decoración es mínima: una antigua máquina de coser tipo Singer sirve de tornamesa a los LP de salsa dura de los 70’ que ambientan y dan el tono al lugar. Una pizarra encima de la barra registra el plato del día y los cócteles sugeridos. Música, pisco y buena cocina son una potente combinación.

Al abrir al carta se evidencia que estamos ante algo diferente: un restaurante de gastronomía cuidada y producto sobresaliente. Manejan una breve carta con vinos blancos, rosados y tintos de marcas ya probadas en el mercado de ticket promedio y varias etiquetas de piscos, licores y cervezas artesanales. El agua es purificada, embotellada, sin gas.

La Capitana. Crocante de calamar y cau cau de mariscos.

CLÁSICOS CON UN GUIÑO PROPIO

Paola sugiere empezar con almejas a la chalaca, uno de los platos del día marcados en la pizarra. La presentación es impecable y el corte demuestra que la escuela de Rafael está presente. Sigo con un cau cau de mariscos en su punto, húmedo, armónico, con aroma a hierbabuena. Los arroces son los más demandados, si los pide en receta de la casa llegan caldosos, si los prefiere a la norteña los sirven más secos y con concolón.

La Capitana. Un cebiche con palta, fresco y con pesca de temporada y un arroz generoso a la chiclayana.

Los vecinos de mesa comen un cebiche distinto, apaltado, con alcaparras y patacones al que provoca meterle el diente. A un plato clásico le añaden un toque de sofisticación. La causa acriollada, la jalea con pesca del día, el bonito escabechado, el seco de asado de tira con frejoles son los platos de siempre, pero con alguito más. El lomo saltado, hecho exclusivamente de lomo fino, demuestra oficio en el wok.

El único postre de la carta es una deliciosa crema volteada, densa, con buen punto de dulzor y porción más que razonable. La Capitana es un sitio agradable y relajado, que satisface el paladar e invita a mover el esqueleto.

La Capitana. El final feliz con una tremenda crema volteada, el único postre de la carta.

LOS DATOS

Queda en Calle Santa Inés 102, Pueblo Libre. Atiende de miércoles a lunes solo almuerzos, martes cerrado. El local es pequeño, por lo que conviene reservar al teléfono: 956-236-402.

 

Etiquetas: la capitana, maría elena cornejo, pueblo libre, cocina limeña, cebiche, ceviche, arroz, crema volteada

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