NAOMI DE PUENTE PIEDRA
Le gusta que la llamen Naomi de Puente Piedra. Esta cocinera audaz lleva toda una vida en los fogones y su lomo saltado es campeón. Hay que visitarla, al menos una vez en la vida.
Le gusta que la llamen Naomi de Puente Piedra. Esta cocinera audaz lleva toda una vida en los fogones y su lomo saltado es campeón. Hay que visitarla, al menos una vez en la vida.
Escribe Paola Miglio (@paolamiglio) / Fotos: Santiago Barco
A Naomi Shimabukuro se le busca con paciencia en la Av. Puente Piedra. Está escondida en un salón de fiestas, entre un portón grande, espejos, cartones de felicidad quinceañera y celebraciones de matrimonio. Ahí, detrás de todo, unas cuentas mesas y su cocina, abierta.
La cocina de Naomi Shimabukuro es grande, abierta, espaciosa y tiene más de 20 años. Ella la única dueña y trabaja con una asistenta a la que le explica pacientemente cómo se prepara cada cosa. Su marido da vueltas por el recinto, conversa con los comensales, cuenta su historia: que fueron chacareros de flores, gente trabajadora que tuvo que levantar su puesto de comida para sobrevivir con dignidad a los ochenta; que se hicieron famosos por la zona, que luego les quitaron el local y perdieron la clientela; que gracias al nuevo espacio que montaron la gente se comenzó a pasar la voz y así fueron tirando para adelante.
Naomi, hija de japoneses, cocinó desde pequeña. Con su madre, que guardaba el estilo tradicional, y padre que se desataba con experimentos criollos. Hoy es una de las mejores que hemos conocido en este ir y venir por el mundo. Domina los fogones con destreza. Es grande, sonriente y sencilla. No le gustan las fotos, no quiere oír hablar de cámaras de televisión ni de programas de cocina. Ella está bien así, con su carta de clásicos y sus pocas mesas bien atendidas. La mayoría de platillos de su adecuada carta valen entre S/. 35 y S/. 56. Usa lenguado y lomo nacional, del bueno, porque dice que no le gusta cuando el importado se descongela y arrastra el sabor. Acá todo es fresco.
Así, confiados, le pedimos que mande a la mesa sus platos estrella y comienza con un cebiche de choclo. Preciso. Luego un piqueo: hay siu mai, rollitos primavera, tempura de langostino y unas uñas de cangrejo que se convierten en las protagonistas del plato, regordetas y sabrosas. Todo de fritura clara y precisa. Crujiente. Luego viene el lomo con cappeletti y papitas cóctel. Naomi creó este plato y para la salteada tiene un mix de hierbas que ella misma prepara. Además, baña la pasta con salsa a la huancaína ligera. Finalmente, el plato que roba panza y corazón y por el que volveríamos sin pensarlo dos veces: el lomo saltado. Sí, lo hacen rico en muchos lugares, pero no como el de Naomi: jugoso, sin mucha cebolla, servido con arroz graneado y papas fritas de corte casero en plato distinto para “remojarlas” al gusto.
Hay más, claro. Una selección que va desde sopas miso hasta filetes al ajo confitado, a la diabla y risottos. Hay platos orientales clásicos y esas cositas sorpresa que Naomi se guarda bajo la manga (como el cebiche de pato) y que solo prepara cuando los comensales le dan una llamadita y avisan que van a llegar. Ella elije y lo hace bien. Da para regresar a seguir descubriendo a esta cocinera impetuosa y decidida, que no entra en remilgos y va a lo seguro. A Puente Piedra volvemos fijo.
Naomi. Av. Puente Piedra 788, Puente Piedra / T. 548-3845 / Atiende todos los días almuerzo y cena, pero mejor llamen antes de ir porque se llena / Hay playa de estacionamiento / Solo efectivo
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