JOHANNA APARCANA: PISQUERA BAJO EL SOL DE ICA
Madre y empresaria, junto a su padre impulsó Sol Aparcana, un pisco que lleva el sello familiar y del que nació una delicada crema.
Madre y empresaria, junto a su padre impulsó Sol Aparcana, un pisco que lleva el sello familiar y del que nació una delicada crema.
Por Soledad Marroquín (IG @sol_marroquin)
Vive orgullosa de su origen iqueño, lugar donde nació, lo mismo que sus padres y sus ancestros. Ahí disfrutó su niñez, jugando en el fundo de sus abuelos mientras comía uvas y pecanas. Y fue allí, también, donde aprendió a querer al pisco y celebrar con él.
Fue su papá quien inició el emprendimiento con el pisco -con la marca Sol Aparcana-, bebida que siempre estuvo presente en su vida y en cada celebración. Como buen iqueño, él conocía muy bien el producto, así que cuando se lo propuso a Johanna su respuesta inmediata fue: ¡Vamos! Así empezó la empresa familiar que continúa la tradición y mantiene vivos los recuerdos de aquello que compartieron con los abuelos, además de la gran responsabilidad de preservar la marca, cuidando la calidad del producto, creciendo e innovando. En esta empresa familiar también participan sus hermanas y se reúnen semanalmente para ver los planes, las tareas y avanzar en comunicación permanente.
Algo que Johanna disfruta mucho es viajar a Ica, ver el crecimiento de las vides y uvas, y el momento de la cosecha que es lo más agotador, pero que deja una satisfacción que solo el que la vive comprende: estar en el momento de la destilación, en el nacimiento del pisco, darle el reposo necesario y ver el rostro de sus abuelos al momento de probar y aprobar. Nos cuenta que su cóctel favorito es de algarrobina y eso los inspiró para lanzar un nuevo producto llamado SOL.A, una línea de cremas a base de pisco con chocolate, café, manjar, fresa y, claro, algarrobina.
En su vida cotidiana atiende también a sus hijos y apoya a Héctor, su esposo. Todo ello es posible porque cuenta con un buen equipo de gente, con su padre al frente, y porque reconoce el valor de las enseñanzas de su mamá para organizarse priorizando bien las tareas. Y eso es lo que ella también inculca a sus hijos, quienes desde pequeños los han visto trabajar en La Picantería y con el pisco, viajan con frecuencia a Ica y Chiclayo y se interesan en conocer las historias de las cuales se sienten orgullosos. De esa manera los van formando para que continúen con el legado.
JOHANNA APARCANA: PISCOMAKER UNDER THE ICA SUN
Words Soledad Marroquín (IG @sol_marroquin)
She is proud of her Ica origins, where she was born, just like her parents and ancestors. In Ica, she enjoyed her childhood, playing on her grandparents’ farm while eating grapes and pecans. There, she also learned to love Pisco and celebrate with it.
Her father started the pisco business – with the brand Sol Aparcana – a drink always present in her life and at every celebration. As a true Iqueño, he knew the product very well, so when he proposed the idea to Johanna, her immediate response was: Let’s do it! Thus began the family business that continues the tradition and keeps alive the memories of what they shared with their grandparents, along with the great responsibility of preserving the brand, ensuring product quality, growing, and innovating. Her sisters also participate in this family business, and they meet weekly to discuss plans and tasks and maintain constant communication.
Something Johanna greatly enjoys is traveling to Ica, seeing the growth of the vines and grapes, and the harvest time, which is the most exhausting but brings a satisfaction that only those who experience it understand: being present at the moment of distillation, the birth of Pisco, giving it the necessary rest, and seeing her grandparents’ faces when they taste and approve it. She tells us that her favorite cocktail is made with carob syrup, which inspired them to launch a new product called SOL.A, a pisco-based creams with chocolate, coffee, caramel, strawberry, and carob.
Daily, she cares for her children and supports her husband, Héctor. All of this is possible because she has a good team of people, with her father at the forefront, and because she recognizes the value of her mother’s teachings in organizing and prioritizing tasks well. She also instills this in her children, who have seen them work at La Picantería and with Pisco since they were young, frequently traveling to Ica and Chiclayo and taking an interest in the stories they are proud of. In this way, they are being prepared to continue the legacy.
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