¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE EL CROISSANT Y EL AMADO CACHITO?
¿Cuáles son las diferencias? Esta vez consultamos con el experto panadero Renato Peralta quien nos detalló las distinciones claves entre los croissant y los cachitos.
¿Cuáles son las diferencias? Esta vez consultamos con el experto panadero Renato Peralta quien nos detalló las distinciones claves entre los croissant y los cachitos.
Escribe @eltrinchecom
Acudimos al panadero Renato Peralta para que nos resuelva la duda. Acá no hay “uno es mejor que otro”, simplemente son técnicas distintas, uno requiere mayor tiempo y elaboración, y otro es un entrañable y blandito disparo al corazón que desata todos nuestros recuerdos de niñez. Cachito recién salido del horno con café con leche recién hecho. Todo en la vida.
Para Renato Peralta, experimentado panadero peruano, la diferencia entre un croissant y un cachito de mantequilla está clara: “La diferencia mayor es el laminado –anota–. Para hacer el croissant se necesita una técnica de laminado, hacer un hojaldre. El porcentaje de mantequilla es importante, porque si quieres hacer un croissant de verdad, todo es mantequilla. Lo que pasa es que a veces te lo cabecean con margarina. La elaboración tiene que realizarse en un espacio frío, para que no se derrita, y ahí hacer el “vuelta tras vuelta” para formar este hojaldre. Lleva fermentación, debe reposar en frío y levar. La diferencia máxima es la técnica. El cachito es un pan de mantequilla parecido al de yema, aunque muchas veces usan margarina para abaratar costos. Se elabora como un pan, pero con la forma de un cachito, no tiene laminado (masa directa) o capas, es un pancito con sabor a mantequilla en forma de cachito que se asemeja al croissant tradicional”.
Claras las diferencias, agregamos que no hay uno mejor que otro. Solo que sería bueno detectar cuando la margarina se apropia de la masa y es cuando el paladar, luego de comer el cachito o el croissant, queda pastoso. Ahora, en lo personal, el cachito para aguanta buenos rellenos por su suavidad. Es más amigable para recibir quesos, jamones y hasta chicharrones de chancho o manjares dulces y chocolate. El croissant no, pierde la gracia cuando se le rellena, lo divertido es su crujir y sentir como se abre ante nosotros, capa tras capa. Máximo uno de almendras, el resto lo arruina y solo va mejor. Claro, siempre con café, pasado, de método o con leche. Como ustedes quieran. Hace poco consultamos con el panadero Jonathan Day, quien hizo una cata a ciegas de croissant para El Trinche, probó 12 sin incluir el suyo y aquí les dejamos los resultados con más detalles. Prometemos pronto una de cachitos de mantequilla. Nos queda el pendiente.
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