DESDE LAMBAYEQUE, EL CUIDADO DE LAS ABEJAS Y EL BOSQUE POR SUMAK KAWSAY
Sin bosques, no habrá polinizadores y sin polinizadores se pone en riesgo además la cadena natural que permite que lleguen alimentos a nuestra mesa.
Sin bosques, no habrá polinizadores y sin polinizadores se pone en riesgo además la cadena natural que permite que lleguen alimentos a nuestra mesa.
Escribe Vanessa Rolfini (@rutasgolosas)
El proyecto Sumak Kawsay, además de su trabajo como apicultores, también ha asumido la misión de resguardar y reforestar los bosques en la zona de Lambayeque que ocupa. Al frente está Ysabel Calderón, quien afirma que establece un diálogo extraordinario con las abejas.
Sumak Kawsay parte de una ecuación firme: sin bosques, no hay polinizadores y sin polinizadores, no hay comida. Dentro de los polinizadores están las abejas, que en realidad no son un animal doméstico, pero tampoco salvaje, porque mantienen su esencia e independencia en una relación (siempre que sea posible) armónica con los seres humanos. La miel es, tal vez, uno de los alimentos más perfectos que existe desde todo punto de vista, y su presencia en nuestra vida ha sido así por centurias. Precisamente esta es la misión del proyecto liderado por Ysabel Calderón, que se vincula con las abejas, su hábitat y la miel.
Sumak Kawsay, se traduce del quechua como “buen vivir” o “estar en armonía”, y la iniciativa comenzó en el caserío El Higuerón a 830 msnm, donde los bosques aledaños son el hábitat de tres tipos de especies de abejas nativas, de esas que no tienen aguijón, porque la mayoría de las especies americanas no tienen, son inofensivas. Su objetivo va más allá de extraer miel y otros productos hechos por estos insectos, trata de rescatar su hábitat replantando especies casi extintas, vigilar que se respeten sus espacios y cuidar el correcto manejo de las colmenas.
Ysabel Calderón cuenta que algunas abejas anidan en la tierra, otras en los troncos de los árboles, muchos de los cuales se talan indiscriminadamente. Entonces, en esta primera parte del proyecto que empezó en 2017, se ocupa de resguardar y recuperar 11 hectáreas, para lo que recibe el apoyo de la bióloga Estafany Liau Xang y de familiares. Así, trasplantan flores y frutos para asegurar que las abejas y otros polinizadores, como colibríes, murciélagos y pájaros, puedan hacer su labor, además de garantizar la presencia de agua, porque con el cambio climático la sequía trae consecuencias negativas.
Calderón narra que la miel cambia de color y viscosidad según la floración en la estación, no es lo mismo en sequía que en época lluviosa, además, que “la miel verdadera viene del néctar de las flores. La miel cruda, cuando se toma directo del panal es muy buena para la salud, pero hay que conocer el origen de la que compramos. Hay mucha gente irresponsable que maltrata a las abejas alimentándolas con azúcar, destruyendo sus colmenas y además, adultera la miel. Siempre he tenido conexión con las abejas, con toda la naturaleza. Me comunico con las abejas, de cierto modo hablamos”.
Ysabel aprendió apicultura gracias a un primo. Luego Rufina, su mamá, compró una colmena con el apoyo de otros familiares y allí comenzó esta historia, que ha evolucionado al punto de no limitarse a los insectos, sino a la reforestación de árboles de palo santo, overo, huayrul, higuerón y faique entre otros arbustos nativos de la zona. Por tal motivo, hoy buscan apoyo de organismos nacionales e internacionales para esta tarea, porque sin bosques, no habrá polinizadores y sin polinizadores se pone en riesgo además la cadena natural que permite que lleguen alimentos a nuestra mesa.
LOS DATOS
Para apoyar a Sumak Kawsay se puede contactar por sus redes Instagram @_sumak_kawsay o www.facebook.com/VidaDignaenPlenitud. Puntos de venta: Lima, en Huampaní Chacra Orgánica https://www.facebook.com/huampanichacraorganicaperu y Chiclayo, en Biomarket Simple https://www.facebook.com/Simplemarketsaludable.
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