
CHAXRAS SE POTENCIA: CERVEZA Y PISCO PROPIOS, RUTAS EN BICI, TIENDA ONLINE Y CENTRO DE CONVENCIONES
El chef Eduardo Navarro comparte las novedades de su restaurante ubicado en el último valle verde de Lima.

El chef Eduardo Navarro comparte las novedades de su restaurante ubicado en el último valle verde de Lima.
Escribe Catherine Contreras (IG @caty.contrerasr)
Pachacámac está hoy más verde que nunca. En las lomas del lúcumo y Jatosisa florecen los Amancaes recordándonos una vez más ese compromiso de proteger este ecosistema natural, que es también un vergel de hortalizas y frutos que llegan a nuestra mesa y a la de restaurantes como Chaxras, el espacio ecoamigable y familiar que hace 13 años fundó el chef Eduardo Navarro. Lo visitamos recientemente, recorrimos sus nuevos ambientes que permiten diversificar su oferta de servicios y probamos sus platos insignia, la delicadeza de su pisco y su nueva cerveza Pacha, que conecta el Valle Sagrado de los Incas con el último valle verde de Lima.
Desde su creación, en abril del 2012, el restaurante de Eduardo Navarro ha crecido no solo en extensión, sino también en servicios y propuesta gastronómica. Hoy, Chaxras ocupa 18 mil metros cuadrados, luego de una ampliación que permitió al chef y su equipo sumar más opciones para atender cómodamente los requerimientos del visitante. Como su centro de convenciones, inaugurado hace apenas un año y con capacidad para 100 personas. Se trata de un espacio bastante funcional que permite atender eventos corporativos, charlas, congresos o lanzamientos de productos durante los días de semana, principalmente. Al contratar este servicio, Chaxras Producciones se encarga de armar todo lo necesario: desde coordinar el transporte de Lima al restaurante, ofrecer box lunchs para los pasajeros, registro de invitados, dinámicas grupales y, por supuesto, el almuerzo y toda la propuesta gastronómica que se requiera durante el evento.

Chaxras recibe cada día de los fines de semana y feriados un promedio de mil personas que disfrutan no solo de la propuesta culinaria, sino también de los cómodos ambientes en un espacio rústico en diálogo con el entorno natural. Desde las terrazas techadas hasta los dos salones comedores privados (hay uno para 100 personas y otro para 40, muy acogedor y familiar), hay amplias zonas con juegos variados para niños, el huerto orgánico y la pequeña granja con conejos y otros animales, además de jardines para descansar y disfrutar del aire libre.

Eduardo Navarro estudió cocina en el Inat (hoy Le Cordon Bleu Perú), pero su gran pasión siempre ha sido montar bicicleta. Fue campeón nacional de descenso en bicicleta y fueron las competencias de ese deporte las que lo llevaron a Pachacámac. Al regresar de estudiar gastronomía y cumplir años de prácticas en restaurantes de Europa (pasó por el Celler de Can Roca y El Bulli), decidió invertir en un proyecto culinario. Eran los años en que Pachacámac despertaba como destino gastronómico, en que negocios como la huerta orgánica Don Torcuato (de su amigo bicicletero Alfonso Roda y Pilar Gutiérrez) y el restaurante campestre La Casa de Don Cucho empezaban a atraer comensales a este distrito verde.
Así, Eduardo se instaló en lo que antiguamente fue un huerto y granja de cerdos y lanzó una propuesta de cocina creativa que rompía con la clásica idea de restaurante campestre limeño. Apuntó a ser ecoamigable, construyendo cada rincón con maderas reutilizables, piedras de canteras cercanas y cañas carrizo; también se propuso ser autosostenible al sembrar sus propias hortalizas o comprar insumos a los productores pachacaminos. Y así, con los años de aprendizaje y adaptación, Chaxras floreció.
Desde que Chaxras arrancó se propuso ser un restaurante ecoamigable. No solo dedicaron un área importante al cultivo de productos orgánicos, que son la base de su cocina, también enfocaron sus prácticas en el cuidado del entorno, desde el diseño de las áreas de cocina y comedor con materiales amigables, promoviendo el reciclaje y preparando su propio compost. “Con la ONG Pachamama Raymi somos parte de un programa de siembra de árboles en la comunidad de Omacha, en Cusco. Ya sumamos nueve mil árboles de cedro maderable, que en 20 años se podrán talar y servir de sustento para beneficio de la comunidad, donde la pobreza extrema sobrecoge”, detalla el chef.
Pero no es solo el restaurante el que interviene en esta labor social. Son los comensales, que con cada consumo aportan a este compromiso de reforestación. En coherencia con ello, Chaxras se caracteriza por ofrecer una propuesta variada y saludable, cocina como hecha en casa: sabrosa, generosa, para compartir. Para iniciar, proponen sus jugos prensados en frío: Eco Sunset (en base a naranja y zanahoria, con sábila y un toque de cúrcuma), Brissa (de puras frutas cítricas con un toque de hierba luisa, el preferido de los más pequeños) y Chaxras (un potente zumo verde de lima, espinaca, kion, muña y más).

Estos jugos prensados al frío, que son 100% naturales de pura fruta o verduras, sin azúcar ni agua añadidas, tampoco preservantes ni colorantes, son parte de su línea Ecoproductos Chaxras. Creada hace ocho años, incluye también snacks saludables (galletas y crisinos), granola andina, mieles y mermeladas, chutney de ajíes y tapenade de aceitunas al batán, que se producen en el mismo restaurante de Pachacámac. Se venden online, pero también están presentes en restaurantes, hoteles y tiendas especializadas.

La propuesta culinaria de Chaxras ha evolucionado en un sentido de adaptación a lo que el comensal busca encontrar en un restaurante campestre. De hecho, Eduardo Navarro inició su andar en Pachacámac bajo un estilo más conceptual, que rompiera con lo que un restaurante campestre clásico solía ofrecer. Pero el día a día le enseñó que existen costumbres imposibles de cambiar, como el salir en familia fuera de Lima, a comer en un espacio rodeado de naturaleza y libertad para jugar y compartir. El encontrar platos ricos que satisfagan todos los gustos, desde los más chicos hasta los adultos, e incluso compartir momentos felices, ya sea jugando entre padres e hijos, disfrutando de un espectáculo de caballos de paso o de marinera, tomando sol en una poltrona o viendo cómo se destapa una pachamanca.
Hoy, en su carta, el fuerte sigue siendo su pastel de choclo, cremoso y con la cantidad de queso precisa; el cebiche a la brasa, servido en panca y con ese toque ahumado donde la temperatura transforma la frescura del plato clásico en bocados que calidez para este frío que aún persiste. Entre sus fondos, su crocante chancho pachacamino al palo se sirve acompañado de un arroz meloso; el pato (también de productores del valle) llega confitado con un arroz norteño y huancaína, y la entraña Angus con verduras doradas y papas fritas. La huatia sobre cremoso puré de papa y arroz graneado, un plato tradicional pachacamino, también destaca en su propuesta. En postres, el sello local está en la torta de chocolate con lúcuma y en el champús caliente de chirimoya, con un añadido de helado y frutas de estación.

Para beber, desde Azpitia llega a Chaxras un pisco destilado en la bodega familiar: un acholado y un Quebranta que los comensales pueden pedir en shots o variedad de chilcanos y pisco sour. Son estos los cócteles emblema del restaurante, que desde hace unos pocos días comparten el protagonismo con la nueva cerveza Chaxras, Pacha, producida en Cusco (destilería Troglobira): una Ipa de sabor muy sutil, entre cítrico y floral, que llega “del Valle Sagrado de los Incas al último valle verde de Lima”.

Terminamos esta reseña con una novedad. Aprovechando que Chaxras es el punto de encuentro de muchos ciclistas que van a recorrer las rutas señaladas en las hoy verdes lomas de Pachacámac, en unas semanas lanzarán una experiencia (en alianza con Specialized) que enlaza el restaurante con el valle y la práctica de un deporte que Eduardo practica desde los 14 años: rutas para recorrer las lomas en bicicleta. Serán por turnos, desde la mañana hasta la tarde, para luego disfrutar un desayuno, brunch o almuerzo. Estén atentos.
Chaxras se ubica en Calle 8 Manzana K Lot 66B, Urb. Casa Blanca, Pachacámac. Horario: martes a viernes de 8:30 a 17:00 horas; sábados, domingos y feriados de 8:30 a 18:00 horas. Reservas al WhatsApp 946 073 690 o en su web.
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