Escribe Vanessa Rolfini (@rutasgolosas) / Fotos Archivo Personal
Hace 21, Pizzería Antica encendió el fuego en San Isidro, ofreciendo pizzas y especialidades italianas. Actualmente, está en varios distritos capitalinos y dos departamentos más del Perú, además de tener un local en Colombia. Al frente y en la retaguardia, está el empuje y la mano firme de Lía Drinot, una restauradora cuya energía parece inagotable.
Hay lugares que están en la memoria del paladar limeño y al solo mencionar “Antica”, la respuesta inmediata es “¡pizza!”. Se trata de un espacio que comenzó hace 21 en la Av. Dos de Mayo, y que rápidamente se extendió a Barranco, luego a Conquistadores también en San Isidro, le siguió Chacarilla y, posteriormente, dio un salto también a Asia, Iquitos y Piura. Parece no hay lugar en Perú donde esas pizza delgadas y crujientes cocidas en hornos de leña no encuentren comensales. Pero, ¿quién está detrás de toda esta operación? ¿Quién pone atención a los grandes temas y a los detalles casi con la misma obsesión? La respuesta es Lía Drinot.
Lía Drinot es limeña, menuda, de voz gruesa e irradia energía como si tuviese un reactor nuclear incorporado que trabaja en jornadas continuas todos los días de la semana. Cuenta que de niña padeció polio, pero si no lo cuenta sería imposible saberlo y cuando narra los proyectos que tiene para Pizzería Antica, entremezcla anécdotas personales y profesionales con los planes futuros. Hay que prestarle mucha atención porque cruza la línea de tiempo con desparpajo, seguramente, con la misma facilidad que lo hacen su pensamiento y sus ideas. Proveniente del mundo de las operadoras turísticas, en 1999 junto a su esposo, Manuel Soavy, abrió el primer restaurante, que llegó al mismo tiempo que su segundo hijo.
Con fluidez cuenta que ha sido “musa wine”, bartender, azafata, mesera, lo que haya hecho falta para que el negocio funcionara. “Mi mamá siempre me decía que no quería verme en la caja, pero hasta eso me ha tocado. Cuando abrimos Antica había pocas pizzerías de este lado de la ciudad, además nos esmeramos en que fuera un lugar bonito. Se hacía cola para entrar, entonces se me ocurrió que podíamos servir cócteles mientras la gente esperaba”, expresa, y recita la historia de cada ladrillo, horno u objeto que están a su alrededor, así como las historias de gran parte de su personal que lleva muchos años trabajando allí.
Actualmente la carta ofrece 27 tipos de pizzas, además de calzones, bruschettas y panes, aprovechando las potencialidades del horno, a lo que se suman 10 variedades de pasta fresca, con y sin relleno, ensaladas y otras delicias italianas de larga cocción, como el ossobuco. En el caso de las pizzas, llegan con la cantidad justa de salsa para ofrezcan sabor sin ablandarse (son bastante delgadas) y generosas en los ingredientes que las cubren.
DE SAN ISIDRO A VICHAYITO
Desde el principio, Drinot quiso que Pizerría Antica pareciera un establo italiano, que tuviera ese toque campestre, por lo que usaron ladrillos quemados que se los daban a un precio bajo porque el fabricante los consideraba defectuosos. En el centro del salón ubicó el horno a la leña, buscando que el espacio tuviese un toque acogedor que se completó con muebles de madera rústica. El resto fue ofrecer un menú donde la pizza fuese la estrella, además de la pasta hecha en casa, a lo que poco a poco se fueron incorporando otros platos italianos.
En el 2000 abrió la primera etapa de su segundo restaurante en una casona de Barranco tanto que tuvieron que echar mano de la casa vecina. En pocos años se convirtió en una suerte de centro cultural con una programación activa. En 2006 se montó un discreto anfiteatro, del cual Drinot cuenta con picardía, “Gianmarco era nuestro caserito”. Vvarios artistas han pasado por ahí y varios animados saraos han sido parte de la historia de esta trastienda.
En 2002 siguió Antica Taberna en Conquistadores, que permaneció abierta poco tiempo porque según palabras de la propia Lía, “los bares se malean muy rápido”. Ya en 2005 surgió la oportunidad de abrir en Asia y, para sorpresa de todos pudo mantenerse abierto todo el año. Tal vez ha sido el que ha merecido más atención a los cambios, con su gran barra que se prestaba a la diversión nocturna, tanto que a su inauguración asistieron 2500 personas. Ese mismo año abrió, Antica en Chacarilla y en 2006 le tocó el turno a la ciudad de Iquitos (en este momento cerrada esperando nueva ubicación).
En 2009 decidió incursionar en la hotelería, cuando, convirtió la residencia familiar de Vichayito, ampliando el número de habitaciones, construyó cabañas e hizo las ampliaciones y adaptaciones del caso. También allá se hornean pizzas, al igual que en la franquicia que abrió en Bogotá y luego en Punta Hermosa, con un concepto más relajado, en realidad es un deli que proyecta repetir tan pronto sea posible en Vichayito.
ACTIVA DESDE ANTES DEL AMANECER
La restauradora afirma que cuando el trabajo te gusta, lo disfrutas, que el secreto ha sido tener un equipo en quien confiar, productos de calidad, buenas recetas, una decoración bonita y que los comensales se sientan bien atendidos. “Hace 20 años abrimos el primer local con dos refrigeradores viejos, eso hoy es impensable. Todo ha cambiado mucho”, apunta. En estos tiempos de pandemia ha tenido que hacer muchos cambios, pero no ha parado y ofrece además del delivery, una línea de productos congelados que ya había diseñado en 2019, pero que bajo estas circunstancias ha crecido: hay pizza y pasta casera rellena, que también está en el menú de la pizzería, así como algunas de las salsas, al pomodoro y ragú.
A Lía Drinot seguirle el ritmo no es sencillo, es de esas personas que siempre está tramando algo, siempre tiene un plan en mente o cuando lo dice, ya está en marcha. Si bien la crisis provocada por el covid 19 ha afectado el ritmo de sus negocios, no se queja, sigue ahí, soñando, planeando, abriendo caminos, reformulando los necesarios y atizando el fuego.
A PEDIR DE BOCA
- ¿Cómo mantener el orden? Escribiendo. Escribo mucho, tengo cuaderno y lapicero. Soy desordenada al hablar porque tengo mil millones de ideas.
- ¿Cómo saber cuáles de esas ideas pueden funcionar? En la noche me pongo a pensar.
- ¿Qué significa el miedo en los negocios? Miedo no tengo.
- Un hábito no negociable. La confianza en mí misma. Me he equivocado.
- Una lección en la vida que aprendió con sufrimiento. Que sin mi equipo, no soy nada.
- Un rasgo de su personalidad que la ha hecho avanzar en la vida. La alegría y soy muy amiguera. Tengo mucha confianza en mi equipo.
- Un rasgo de su personalidad que puede ser un obstáculo para los negocios. Soy muy casera.
- ¿Qué es la constancia? El día a día. Todo el tiempo estamos creando.
- ¿Cuáles son sus hoobies? Leer. Me gustan las novelas de Javier Moro y Sidney Sheldon.
- ¿Vicios? Fumo y me gusta la cerveza.
- ¿Qué no le gusta comer? Espinacas.
- ¿Platos favoritos? Me encanta el pollo, la fruta.
- Un sueño por cumplir. Hacer un viaje increíble con toda mi familia. Que Pizzería Antica esté en varios países.
Etiquetas: lía drinot, entrevista, vanessa rolfini, antica, 21 años, pizza, pizzería
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