EL CAU CAU DE JUANITO
El pan se entrega junto con los cubiertos, luego la bebida y, finalmente, el cau cau. Este es de aquellos platos que ameritan, en definitiva, una segunda cita.
El pan se entrega junto con los cubiertos, luego la bebida y, finalmente, el cau cau. Este es de aquellos platos que ameritan, en definitiva, una segunda cita.
Escribe Eduardo Salas (Twitter @he_duardo)
El pan se entrega junto con los cubiertos, luego viene la bebida y, finalmente, después de haber sido trabajado por horas, el cau cau. Este es de aquellos platos que ameritan, en definitiva, una segunda cita.
Frente a la Plaza de Barranco aún está cerrado el antiguo Juanito, taberna que nos acompañó desde 1937 hasta el 30 de junio de 2011. Tres años después, reabrió sus puertas en el local de al lado a cargo de los hijos mayores del fundador, César y Juan Casusol. El nuevo es tan parecido al anterior que da la sensación de estar del otro lado del espejo. Al lado de la entrada, sobre un atril de madera, encontramos la carta de cocina. Sencilla y entendible, con seis secciones que se reparten a lo largo de la página: la primera se llama “para compartir”, donde están descritos los piqueos como tequeños, conchitas a la parmesana, pulpo a la parrilla y al olivo, entre otros. También hay una sección de pastas, criolla, marina, menú para niños y en la sección de postres una solitaria crema volteada saca pecho orgullosa. La propuesta va acorde con el lugar, platos tradicionales que, así como el ambiente, transmiten un aire familiar.
La cocina está a cargo de Giannina Casusol, originaria de Majariscos y nieta del fundador, que se encargó no solo de estructurar la carta y hacer que los platos de fondo vuelvan a Juanito después de casi medio siglo, sino, de conseguirle el título de el “Mejor Cau Cau de Barranco” al que aquí se sirve. Premio que la llevó a Mistura e hizo que quedara entre los 5 más respetados de Lima. El ají de gallina, la causa acevichada, y el chaufa de cecina con langostinos son también han sabido hacerse querer por los comensales de siempre.
La manera en la que sirven el almuerzo hace que recordemos mucho a las tabernas del centro, el pan se entrega junto con los cubiertos, luego viene la bebida y, finalmente, después de haber sido trabajado por horas, el cau cau. Hecho con librillo, a fuego lento, acompañado con arverjitas y dos rodajas de ají amarillo que descansan sobre una cama de hierba buena. Viene servido en un plato tendido con una loma de arroz blanco cuya base va tiñéndose de color por lo jugoso del guiso. La porción es de un tamaño considerable, sin problemas comen dos, y bien. El sabor a mondongo reina, es algo picante y el palillo está casi ausente, al punto de hacerlo imperceptible. Es un cau cau distinto, de buen sabor y textura. Un consejo, pruébenlo con aceite de oliva, no se arrepentirán. Para acompañarlo pedimos un refresco de maracuyá. Le va muy bien. Precio S/. 16.
LOS DATOS
Si quieren darse el gusto, pueden encontrar los menús desde el medio día y hasta las 16:00 horas. El teléfono de cocina es 721-4882 y pueden preguntar por Giannina para reservar. Solo aceptan efectivo. Recomendamos ir con hambre.
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